¿Quieres ser la persona más rica del cementerio?
No debemos de perder de la mira que la vida es corta y no sabemos cuándo debemos de partir...
¿Tienes en mente ser la persona más rica del cementerio? No hay que olvidar que una vida llevada a plenitud abarca estar rodeado de las personas que amas, en gozar de buena salud, en esforzase por ser feliz, e ir diariamente hacia mi potencial en desempeñar mi trabajo lo mejor que pueda, así como tratar de realizarme como ser humano integral en cuerpo, mente y espíritu.
¡Cuántas personas tienen prisa por morirse! Porque no disfrutan de la vida, sólo sufren su vida, viven corriendo con una cruz a cuestas. La cruz de la prisa, de la indecisión, del pesimismo, del derrotismo, de la enfermedad no aceptada, de la desidia, la cruz de.... ¡la falta de amor! Y cargan su cruz con la esperanza de morir, pues ven en la muerte un alivio a sus penas y dolores.
No debemos de perder de la mira que la vida es corta y no sabemos cuándo debemos de partir de ésta. Debemos levantarnos cada mañana y preguntarnos cómo nos vamos a presentar ante Dios, si este fuera el último día de nuestra existencia.
Este es un método profundo para valorar que es lo importante y no lo urgente, y cómo queremos vivir el último día de nuestra vida.
Steve Jobs, el presidente ejecutivo de Apple, dijo algo muy cierto: “Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que va a ir al cielo quiere morir para llegar hasta allí. Sin embargo, la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella jamás. Y así es como debe ser, porque la muerte es, sin duda, el mejor invento de esta vida”.
El día de hoy podríamos llevar a la practica las siguientes ocho reglas para vivir en plenitud.
1º.-Morir cada día y valorar lo que tenemos hoy y ahora. Entendiendo que nada nos vamos a llevar a la otra vida. Sólo somos dueños de lo que disfrutamos, no de lo que tenemos.
2º.-Vivir como si el mañana no fuera a llegar. El pasado es de los muertos y el futuro es de Dios, sólo tenemos el hoy y el ahora.
3º.-Corre algunos riesgos. El que no arriesga no gana, y la vida sin riesgos es aburrida y no digna de ser vivida.
4º.-Abre tu corazón un poco más. No seas un estreñido emocional en guardar tus sentimientos y no externar tus emociones.
5º.-Di lo que piensas y expresa lo que sientes. No externar nuestras ideas y callar nuestros problemas, a la larga, nos lleva a la enfermedad. 6º.-Muestra respeto por el don de la vida que te ha sido dada. Tu vida te fue regalada por Dios, tienes que vivirla intensamente, ofrecerla en servicio y entregarla con gratitud.
7º.-Brilla intensamente. “Si no puedes ser pico de la cumbre, sé la mata que embellece el camino”. Pero trata de desarrollar los dones que recibiste.
8º.-Persigue tus sueños y despiértate cada mañana para llegar un poco más alto. Que cuando llegue la noche, sientas que diste algo a la vida y serviste en mejorar a alguno de tus semejantes.
Cuando llegue el final de tu vida, la gente te recordará como uno de los grandes. Porque aprovechaste la alegría del vivir, y disfrutaste de este banquete...¡que se llama vida! Y tu funeral será una celebración. Hazte la pregunta todos los días: ¿Quieres ser la persona más rica del cementerio?