Reencuentro

El miedo al cambio es porque nos hemos acostumbrado a nuestras circunstancias actuales, lo mismo que a las personas, aunque nos limiten, nos lastimen y perjudiquen.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Lo bueno en tu vida lo encuentras en tu interior.-  Tomás de Kempis, escritor espiritual

Reencontrar nuestra esencia es un trabajo interior y personal. Al hacer contacto con dicha esencia comenzamos a dar lo mejor que tenemos. Por ej., si deseamos ser comprendidos empezamos sinceramente a comprender mejor a los demás. En lugar de decir: “No entiendo por qué éste o aquél  se comporta así”, podemos pensar y decirnos: “Quiero crecer en mi aceptación, respeto y comprensión”. Si deseamos que los demás reconozcan sus errores hay que empezar por reconocer los nuestros. Al querer que los otros acepten nuestros puntos de vista tenemos que escuchar y considerar los de los demás. 

Es cierto que nadie puede cambiar a otra persona, pero lo maravilloso y real es que cuando nosotros modificamos, los otros modifican o se alejan poco a poco de nuestra vida. Sin embargo, hay quien dice: “Yo no quiero que esta persona se aleje de mi vida (aun siendo tóxica y negativa), pues no sé quién o qué llegará después”. ¿Por qué tenemos tanta angustia de dejar lo que no nos permite ser felices? Probablemente es por el miedo a quedarnos solos. Sin embargo, nunca lo estamos. Siempre hay alguien o algunas personas buenas que podemos atraer más y más a nuestra vida, siempre y cuando estemos y permanezcamos conscientes de ello. 

Existe la “ley de la atracción” que puede actuar como “imán” de lo bueno, por esto hay que estar atentos a nuestros pensamientos, imágenes y visualizaciones mentales, ya que atraemos lo que aceptamos en nuestro consciente como verdadero. 

El miedo al cambio es porque nos hemos acostumbrado a nuestras circunstancias actuales, lo mismo que a las personas, aunque nos limiten, nos lastimen y perjudiquen. No se vale culpar a otros respecto al propio desarrollo y bienestar. 

Hay que revisar si nos encontramos en “buena compañía” con nosotros mismos, ya que los pensamientos y sentimientos son nuestros acompañantes silenciosos. Podemos desviar nuestra atención cuando no son buenos y agradables, disciplinándonos a checar la “línea del pensamiento” para atajar lo desesperanzador y/o catastrófico. 

Procuremos una sana convivencia en nuestro interior. Llevémonos bien con nosotros mismos. Pensamientos positivos y bellos sumarán muchos otros bellos y positivos sentimientos.  

Experiméntalo, los resultados te llenarán de entusiasmo y agradecimiento a la vida y al Creador.

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton