Regina y el primo taxista

'A los cobardes que golpearon al chofer de Uber esta semana y quemaron su coche los atraparon en horas'. 'Ay Don… pues claro, no son del mismo Sindicato'.

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Hacendosa como cada viernes, la Regina no deja de provocar sobresaltos con su físico. Qué atinada es la frase “macho de clóset” para aquellos etiquetados despectivamente como mandilones. Sólo de verla, el anhelo por salir del clóset disimula por momentos el temor a la condena social.

“¿Cómo estás, Regina?”. “Bien, Don. Aunque estamos tan pobres que no tenemos ni para prestar atención. Sólo algunos pueden, como mi primo Eladio que ayer estaba jugando futbol en la cancha del pueblo. Cuando estaba a punto de meter un gol, pasó lentamente una carroza fúnebre por la calle. Detuvo la pelota, bajó la mirada y se puso la mano en el pecho. Sorprendidos, los jugadores tuvieron que hacer lo mismo. El árbitro se le acercó y le dijo: ‘Caray, qué detalle, Eladio. Es de los momentos más emocionales que he vivido. Eres un hombre extraordinariamente sensible’. Momentos después, Eladio se recompuso, levantó la mirada y le dijo: ‘Sí, lo sé… llevábamos 30 años casados’ y reinició el juego”.

“Qué familia, Regina… ¿no es Eladio uno de los taxistas que golpeó al de Uber allá por el aeropuerto?”. “Sí, es él. Nunca le hicieron nada por eso. Dice que es intocable”. “Qué vergüenza. Pero a los cobardes que golpearon al chofer de Uber esta semana y quemaron su coche los atraparon en horas”. “Ay Don… pues claro, no son del mismo Sindicato. Por eso dicen: ‘Dime con qué Sindicato andas y te diré qué castigo tienes’”. “Bueno, pareciera que hasta en la aplicación de la Ley, dependiendo el sapo, la pedrada”. “O como dice la abuela, Don, ‘Dependiendo de la toqueteada, es la cachetada’”. 

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