Riesgos de Peña Presidente

Al presidente Calderón mucho le perjudicó su inexplicable enfrentamiento con el PRI y sus gobernadores, tema de sus allegados no del Presidente.

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Ser Presidente, gobernador, jefe de Gobierno o alcalde involucra un riesgo común del que pocos pueden salvarse: la pérdida de sentido de la realidad. Esto ocurre desde muchos frentes, particularmente en el círculo de colaboradores e interesados que suelen construir realidades a modo. En parte es un problema cultural y que tiene que ver con las dificultades para procesar el debate, la crítica o las noticias ingratas.

Al presidente Calderón mucho le perjudicó su inexplicable enfrentamiento con el PRI y sus gobernadores, tema de sus allegados no del Presidente. Después de la elección intermedia, algo ocurrió, a grado tal, que desde Los Pinos, una vez que se dio el relevo en el PAN de Germán Martínez por César Nava, se promovió un frente para derrotar al PRI incluso a costa propia. El PRI tuvo derrotas, pero el PAN ganó poco. Hoy los gobernadores que llevó al poder, con excepción de Rafael Moreno Valle y Guillermo Padrés, están muy lejos de los intereses del PAN. No es casual el tercer sitio en la elección de julio.

El presidente Enrique Peña deberá mantener a distancia el halago interesado; por lo pronto, ha tenido la inteligencia de no hacer leña del árbol caído y ha dado vuelta a la hoja. La autocrítica y la información confiable serán imprescindibles. La actitud que mantenga hacia las voces independientes o adversas será crucial, como ocurrió en la campaña cuando mantuvo reserva sobre el escenario optimista que planteaban las encuestas públicas más visibles.

El país no vive un buen momento. La economía doméstica ha sido fuertemente golpeada. La desigualdad social persiste, al igual que la venalidad. La violencia también cobra factura en el ánimo social. La fiesta del relevo en el gobierno es de algunos; mucho debe hacerse para que sea de los más, y esto tiene que ver con los resultados. Los propósitos, acuerdos y determinaciones deben mostrarse en la realidad del día a día de las familias y las personas.

Un buen inicio ha despertado esperanza de un cambio para bien, pero también compromete. Hoy Peña Nieto tiene mucho más respaldo que antes de tomar el cargo. Pero el consenso no es un objetivo, sino un medio para gobernar.

Twitter: @berrueto

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