¿Será… no será… y si me equivoco?

Tomar decisiones mejores, propias y firmes es más fácil cuando conoces tus principios y valores ponderando lo que tú quieres y te conviene.

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Nuestra vida es la suma de todas nuestras decisiones.- Albert Camus, filósofo                                       

Si no sabemos decidir en situaciones sencillas menos podremos hacerlo en asuntos de mayor importancia. En general, todos tenemos la facultad de tomar decisiones y, sin embargo, hay personas a las que les es muy difícil hacerlo. Conozco a quienes hasta comprar un vestido o un par de zapatos es un sufrimiento porque no son capaces de elegir alguno entre varios modelos y así van por la vida desesperándose y también desesperando a los demás. 

Tomar decisiones mejores, propias y firmes es más fácil cuando conoces tus principios y valores ponderando lo que tú quieres y te conviene, conociendo tus necesidades y recursos.

Claro está que la toma de decisiones no es una ciencia exacta; hay que pensar con la inteligencia no sólo con la imaginación.

Se puede recurrir al análisis, al razonamiento y saber que siempre existe el riesgo. Lo importante es que sea uno quien maneje su vida y no otra persona. Sólo al paso del tiempo conocemos el resultado de nuestras decisiones. 

Son muchas las variables que existen en el dinamismo propio de la vida; a veces, la opción que nos pareció mejor en cierto momento y situación no resulta como pensamos y otras veces la decisión que no nos parecía tan acertada resultó ¡la mejor!.  

Personalmente mis decisiones las baso, en gran parte, en el razonamiento; evalúo el pro y el contra tomando en cuenta que en todo hay un costo y un beneficio.

Las decisiones que tomamos no tienen que ser para siempre. Se puede rectificar el rumbo, lo cual no significa estar dando marcha atrás. Pensar con la cabeza pero también escuchar al corazón, que no es seguir un impulso, sino considerar cómo sentirse emocionalmente mejor.

La evaluación inteligente sirve para estar preparad@s para afrontar las dificultades que aparecen en el diario, real e inevitable vaivén de la vida, confiando en nuestras fortalezas que están latentes y aparecen en el momento preciso. Así, aunque el resultado no fuera favorable, podemos tener presente que siempre conlleva una enseñanza valiosa. Lo importante es saber que la toma de decisiones se perfecciona con la práctica. 

La verdad es que hemos tomado decisiones importantes a lo largo de nuestra vida y que han dejado un impacto positivo. ¡Enhorabuena!  

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

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