Sobre las voces huiro y naco

El equivalente más cercano a huiro, y con la misma connotación despectiva, es naco, voz más empleada en el centro del país.

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Una de las expresiones más estigmatizantes y discriminatorias comúnmente empleada por la sociedad yucateca es huiro/a que muchas veces se dice sin conocer su verdadera etimología, pero que tiene consecuencias negativas entre las personas: ¡Eres más huiro!, “Los huiros me dan comezón”, “Huira tenía que ser”, “Eso es de huiros” son sólo algunos ejemplos usados, en especial por comediantes en sketches regionales y programas de radio y televisión, en los que el “huiro” es caracterizado por una persona de origen maya y/o hablante de maya, campesino, ignorante, pobre o “de pueblo” y de modales rústicos.

Huiro es probable corrupción fonética españolizada de wi’it’, [huiit’] para llamar al maya que se identificaba por usar el taparrabo tradicional, consistente en una tira larga de tela, para cubrirse las partes pudendas: Le wi’it’o’ sáansamal ku bin ich kool “Esa persona va todos los días a la milpa”. Quizá también derive de wíinik [huinic], “hombre, persona humana, ser o individuo maya”: Le wíinko’ jach meyjil máak “Ese individuo es hombre muy trabajador”.

La voz huiro no guarda relación con güiro, de origen taíno: instrumento tradicional de percusión con incisiones y dos hoyos para los dedos índice y pulgar del músico, que proviene de una calabaza de corteza dura y alargada, y que en Yucatán se conoce como rascabuche.

El equivalente más cercano a huiro, y con la misma connotación despectiva, es naco, voz más empleada en el centro del país. Según el Diccionario del náhuatl en el español de México, es probable acortamiento del vocablo chinaco, derivado de chinaca, nombre genérico despectivo dado en el siglo XIX a los insurgentes y después al partido liberal y a sus tropas. Por extensión chinacate: persona harapienta o que muestra las carnes por lo raído de sus ropas. 

Por si fuera poco, además de la situación de desventaja cultural, educativa y de rezago económico, los mayas yucatecos de hoy llevan a cuestas una histórica y arraigada discriminación y racismo, especialmente en los sectores urbanos. Por ello, propongo una iniciativa de ley para evitar esas formas de discriminación o que, al menos, prohíba y sancione sus usos en los medios audiovisuales comerciales, que con frecuencia proyectan una imagen distorsionada, degradante e irrespetuosa de la cultura maya de hoy y de la persona maya en particular.

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