La sociedad insaciable

Formamos parte de un país donde la población no consigue satisfacción completa, que tras la incertidumbre económica intenta desesperadamente encontrarla en la crítica al gobierno,

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Formamos parte de un país donde la población no consigue satisfacción completa, que tras la incertidumbre económica  intenta desesperadamente encontrarla en la crítica al gobierno, pero a la que le cuesta levantar un dedo. Que frente a la crisis de gobernabilidad levanta la voz cuando se trata de protestas, pero para la acción y propuestas se guarda.

Nos encontramos frente a un México con una población insaciable, a la que no le importa lo que le des y todo lo reclama, porque cualquier pequeño error altera su ego y busca saciarlo con daño ajeno. Esto lo vemos, entre muchas otras cosas, en cómo nos criticamos unos a otros mediante el ataque continuo por las redes sociales; el internet, arma poderosa, se ha vuelto una espada de doble filo, pues, en lugar de ser usada para bien, se ha convertido en el verdugo de vidas enteras: desde la infamación a excelentes médicos, a sacerdotes que no pueden ni defenderse después de muertos o a la crítica de una infidelidad como la que muchos de los atacantes ya han cometido. Frente a una crisis de valores, la moral, un tema para otro show, está desgastada y restada en importancia, es ahora una simple arma de ofensa por quienes ignoran su profundidad. 

La sociedad está dañada, incompleta mas no perdida; aún tiene magia en aquellos positivos que desean enfrentarse a la desidia y la desvergüenza, que no temen expresar sus ideas y que con sabiduría exponen un argumento real; es momento de que los sabios se expresen al mundo, porque ésos serán los ganadores, pues hasta el momento el ignorante habla y habla mucho, critica bastante y daña en exceso. Seamos una sociedad que se hidrate de afecto y apoyo mutuo, donde exijamos pero demos de nuestra parte y donde nos sostengamos nuevamente de valores, renovándonos con este pensamiento.

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