La Tisigua de Chiapas

En la tradición oral de Chiapas se cuenta de un espanto femenino: Tisigua. Su apariencia es la de una mujer muy hermosa...

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En la tradición oral de Chiapas se cuenta de un espanto femenino: Tisigua. Su apariencia es la de una mujer muy hermosa. Por lo general, se le ve bañándose en los ríos y lagos. Sonia Chávez Nolasco escribió el siguiente relato:

Cierto día, el joven hijo de una pareja que vivía en Chiapas le dijo a su madre que iría a bañarse al río cercano. En ese tiempo no tenían el servicio de agua en su casa. Ella le advirtió que no tardase, pues había estado apareciendo últimamente la Tisigua por ese rumbo.

El joven se burló de la advertencia, tomó sus artículos de limpieza y al llegar a río se metió al agua. Después se paró sobre unas raíces para enjabonarse. En eso estaba cuando escuchó unas leves palmadas y luego un silbido. 

Se enjuagó el rostro y observó que una mujer surgía del agua. Era muy bella, de cabellos negros, ojos castaños y nariz muy perfilada. Estaba vestida con tan sólo un camisón. El joven, que gustaba del arte del cortejo, se quiso acercar, pero ella se alejaba en tanto que él se aproximaba. 

La hermosa dama se metía intermitentemente al agua y el muchacho hizo lo posible por alcanzarla sin lograrlo. Ella, como queriéndose burlar del audaz joven, regresó al punto de partida, tomó el sombrero de él, lo metió al agua y se lo puso en la cabeza sin dejar de reír. Mientras el lodo se escurría por el rostro del joven, la mujer desapareció entre los árboles. 

Desde ese momento, el pobre hombre quedó aturdido, con la mirada fija, sin poder articular palabra alguna. Como buenamente pudo, se vistió y regresó a su casa como a las diez de la noche. 

Su madre, al verlo, sospechó lo que había pasado y llamó de inmediato al brujo que vivía cerca. Pero de nada sirvieron las plegarias que hizo por horas para sanar al muchacho. El infeliz nunca recobró la razón.

Por esta creencia, los hombres que viven cerca de ríos, lagos y pozos procuran no caer en la tentación de acudir a los llamados de la Tisigua, porque ella siempre los está acechando para burlarse y hacer daño a quien pueda.

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