Tres obras impactantes

El Gran Museo de la Cultura Maya, una obra de infraestructura dirigida a consolidar la vocación turística de la ciudad de Mérida.

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En tanto escucho la algarabía popular producida por el tradicional despliegue callejero del “viejo” que, música, disfraz y danza de por medio, solicita una limosna; en esta época de calcular los saldos de las cosas, como por conjuro se me presentan tres obras públicas concluidas el año que termina, que, por su impacto, en mi opinión deben ser justamente valoradas.

Remodelación del Centro Histórico de Mérida.- Fuertemente criticada por el gremio de comerciantes de esa demarcación debido al impacto en sus ventas durante la reconstrucción y ahora por las deficiencias de sus escarpas que ocasionan molestias a los peatones -que Obras Públicas  debe exigir sean subsanadas por la constructora-, esta obra rescató de manera importante el Centro Histórico de la ciudad capital.

El impacto más importante lo recibieron las construcciones históricas como las iglesias y demás edificios coloniales, sujetos del más importante de los mantenimientos en varias décadas, tanto en su interior como en las fachadas, cuyos magníficos detalles son hoy artísticamente destacados mediante sofisticada iluminación.

Lo que resulta bellamente complementado por la cobertura transparente de nuestro “Pasaje de la Revolución”, originalmente erigido por Salvador Alvarado en la segunda década del siglo pasado.

El cableado subterráneo  y la pavimentación, mediante el estampado de sus calles, al mismo tiempo que nos permite apreciar en todo su esplendor nuestros conjuntos arquitectónicos,  por su durabilidad, garantiza el menor costo de mantenimiento.

Es, con el Gran Museo de la Cultura Maya, una obra de infraestructura dirigida a consolidar la vocación turística de la ciudad de Mérida.

Este último vino a subsanar la carencia en nuestra ciudad de un espacio museográfico diseñado ad hoc, pues aunque el museo del INAH dedicado a la cultura maya se encontraba en el bello edificio del “Palacio Cantón”,  en Paseo de Montejo, hay que reconocer que no cubría las expectativas del cada vez más demandante turismo internacional.

Diseñado conforme a vanguardistas normas museográficas, con una sala de exposición permanente  y otra para exhibiciones temporales, el Gran Museo dota de un digno recinto a las piezas magistrales de la cultura maya, en los linderos de la antigua To’h.

Vía Subterránea de la “Glorieta de la Paz”: A pesar de haber sido vituperada como ninguna obra  de la administración pasada, nadie hoy día pone en duda su utilidad para agilizar la vialidad de la importante avenida turística.

Primera en su género, además de acreditar la ventaja de este tipo de soluciones en la localidad, hay que apuntarle a favor su contribución  para reimpulsar la vocación comercial de la zona.

Las tres son obras con saldo favorable, sin duda.

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