Llegamos al postrero fin de semana de mayo y con ello te presento al último héroe de esta campaña. Te aseguro que somos más los buenos, los que deseamos un mundo mejor donde el amor, la paz y la solidaridad reinen, pero al parecer estamos muy lejos de ello. 

Existen miles de héroes que nosotros no permitimos que se expresen, los mantenemos encerrados, pues el mejor súper héroe se encuentra dentro de nosotros, en los actos que catalogamos como diferentes pero que deberían de ser acciones comunes de todos los días. 

El mejor y último súper héroe se encuentra en aquel que vence la corrupción, que no da mordidas, el mejor héroe es el que desinteresadamente ayuda a su prójimo, el que en lugar de dar el pescado enseña a pescar; el que en vez de quejarse por falta de empleo sale a buscarlo para no vivir a costas de otro; el mejor súper héroe es el que sabe soñar pero que también lucha por cumplir esos sueños, el que sabe que nada es imposible. Es el súper héroe que sabe que el destino no es lo que le va a pasar, es lo que va a hacer que suceda. El que no critica a la política y se aleja de ella, sino el que se vuelve ciudadano activo y levanta la voz, el que en lugar de señalar con el dedo extiende los brazos, el que perdona en lugar de juzgar y el que no se queja por la falta de tiempo sino que aprovecha cada instante. El verdadero héroe tiene el súper poder más preciado, una de las magias más grandes, la sonrisa, porque ésta es el brillo del diamante que llevamos en el alma. No permitamos que  la desidia sea el villano que gane esta batalla; salvemos al mundo, seamos uno mismo, un súper héroe yucateco.