El sábado pasado tuvimos nuestra primer reunión con los ponentes de TEDx Cancún, un evento que realizaremos por primera vez en la ciudad en septiembre y que busca compartir ideas para tener un mejor lugar para vivir.

Sin duda ha sido un proceso muy interesante, y el evento lo será de igual forma. Pero estando en la reunión de capacitación, donde tuvimos a más de 15 personas de todos perfiles, niveles, estudios, orígenes, me di cuenta la diversidad que tenemos en nuestra ciudad, pero que a pesar de esta diversidad, habemos mucha gente que tenemos fines comunes, en el caso de TEDx, discutir sobre nuestra ciudad y cómo mejorarla.

Y me puse a pensar que, si podemos juntar un grupo de personas para un evento, por qué no hacer lo mismo para cambiar el status de las cosas en otros temas, para incidir en políticas públicas, para innovar, para pensar, reflexionar y lograr hacer mejor las cosas.

Y justamente esa es la idea de los “think tank”, instituciones u organizaciones que agrupan expertos en un tema específico, que se dedican a generar investigaciones, análisis y recomendaciones y sobre todo, a incidir en la toma de decisiones.

Y es que cuando hablamos de turismo sustentable, a pesar de que las empresas y organizaciones han avanzado de forma importante en implementación de buenas prácticas ambientales, en el desarrollo de manuales y lineamientos, proyectos de conservación o restauración, educación ambiental, entre otros, poco se incide, desde mi punto de vista, en la política pública estatal sobre el tema.

Y lo digo porque la experiencia me ha llevado a darme cuenta que, a pesar de los esfuerzos que se hacen desde el empresariado y la sociedad civil, las autoridades del tema están incidiendo muy poco en el desarrollo del turismo sustentable, tanto desde el punto de vista de la planeación (no hay un Programa de Turismo Sustentable o de Turismo Alternativo en la zona), desde la legislación (las leyes son restrictivas pero sin aplicación, y no hay un fomento al turismo responsable ni desde el sector privado – incentivos fiscales para inversiones en energías alternativas, por ejemplo – ni del rural), y desde la promoción (muy pocas iniciativas están realmente dando espacio de promover un turismo diferente en la zona, y eso es una oportunidad perdida). 

Entonces pienso, ¿por qué no crear un grupo de alto nivel en Quintana Roo, para asegurar que el turismo sustentable pase de ser solo un discurso a convertirse en política pública?

Y no se trata solo de pensar y hablar, se trata de investigar, de obtener datos y cifras, de demostrar el por qué “si” el turismo sustentable, aunque claro que hay que alzar la voz, generar reuniones y propuestas, y subirlas a los tomadores de decisiones.

No es una tarea fácil, pero estoy seguro que habrá líderes de opinión, empresarios, miembros de organizaciones y ciudadanos que quieran sumarse a la propuesta y asegurar que el nuevo gobierno del estado realmente tome en cuenta este tema como un tema transversal en el desarrollo de nuestro estado.

¿Quién se anima?