Una buena alineación

Y aunque resulta plausible que se puedan establecer relaciones equitativas entre niveles de gobierno de diferentes partidos

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Hay que reconocer que esta casa editorial, Milenio Novedades, dio el primer paso en términos periodísticos a fin de abordar el asunto de los cambios que se espera, en breve, se den en las delegaciones federales y paraestatales.

No obstante, más allá del rejuego de nombres que se presumen propuestos para cubrir esos cargos por parte de las diferentes corrientes políticas, que encuentran explicación en las relaciones  personales de afinidad; independientemente de las traspolaciones  que se urden a fin de saciar los ímpetus futuristas, lo que me parece relevante es que se destaque la importancia de estas dependencias en relación con los objetivos del gobierno.

Es indudable que pueden jugar a favor o en contra, tanto para obstaculizar como en el caso de los delegados federales con los que le tocó lidiar al reciente régimen de Ivonne Ortega, como para favorecer, como en retrospectiva pudimos ver que sucedió con el de Patricio Patrón.

No resulta nada nuevo afirmar que, generalmente, cuando los diversos niveles de gobierno provienen del mismo partido, es más probable que se establezcan relaciones de apoyo y colaboración,  que cuando son de colores diferentes.

Y aunque resulta plausible que se puedan establecer relaciones equitativas entre niveles de gobierno de diferentes partidos,  lo cierto es que en Yucatán, tal vez por estar mucho tiempo distantes de los gobiernos centrales, le concedemos mucha importancia a estas circunstancias, de tal manera que hemos modificado en varias ocasiones nuestro calendario electoral, para estar en sincronía y afinidad con el gobierno federal.

Porque dado el centralismo que caracteriza a nuestra administración pública, resulta infame, en términos de desarrollo económico, no contar con los apoyos federales necesarios. El grado de  centralización lo descubrimos al constatar que la inversión y el gasto de todas las dependencias federales y las paraestatales en Yucatán es notoriamente superior al de todas las dependencias estatales.

De esta manera resulta verdaderamente crucial para el crecimiento económico de la entidad el rol que puedan desempeñar los delegados federales y funcionarios de las paraestatales a fin de gestionar mayores recursos tanto para la inversión en obras de infraestructura productiva  que nos haga ganar en competitividad, como para el gasto o los subsidios sociales.

En conclusión, más que las filias y las fobias grupales, debe ser el perfil, la experiencia administrativa y de gestión lo que se debe buscar en los candidatos a funcionarios federales, lo que conjuntado con su disposición para colaborar plenamente con el gobierno estatal puede generar una virtuosa sinergia presupuestaria.

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