Al alcalde chetumaleño Luis Alfonso Torres Llanes le urge un golpe de timón, una acción contundente que defina el rumbo de su mandato recortado a dos años. Lo idóneo era la activación de procesos penales contra los que succionaron las finanzas en el trienio de Eduardo Espinosa Abuxapqui, versión que puede quedar en chisme de tortillería si no hay pasos contundentes, con los pelos de la añeja burra en mano.

Torres Llanes tiene una carga muy pesada por ser el primer alcalde no postulado por el PRI, cuya perversa filosofía alimentó la carrera de nuestro alcalde 100 por ciento priista, a diferencia de otros que incursionaron en el ex partidazo de la mano del gobernante en turno, saltando así a las posiciones más notables.

El municipio de Othón P. Blanco está muy dañado por la avaricia e ineptitud de sus mandos más recientes, de ahí la importancia de ir entregando resultados magníficos que vayan más allá del chapeo en camellones y eventos intrascendentes. Luis Torres debe estar consciente de ello, por lo que tiene que definir el rumbo de su corta administración que no permite más días perdidos.

El chetumaleño ya se sacudió al PRI, pero lo hizo impulsado por el magnetismo de la candidatura estelar de Carlos Joaquín González –venció al priista Mauricio Góngora Escalante– y por el rechazo a la priista Arlet Mólgora Glover, candidata a la alcaldía capitalina.

Vencer al PRI fue una hazaña inolvidable, pero la acción de gobernar reclama resultados que repercuten positivamente en la población. En esta categoría queda el tema del transporte urbano que ha sido una asignatura pendiente desde que el ex alcalde Carlos Mario Villanueva dejó marchar a la empresa Bahía (filial de ADO) cuando sus directivos pidieron autorización para aumentar su tarifa y les dijeron no.

El tema del transporte urbano es muy sensible en la capital, y de ser resuelto en definitiva el alcalde Luis Torres podrá presumir un logro que dejó a medias su antecesor Abuxapqui, cuyo segundo período en la alcaldía fue más negativo de lo que esperó.

Y si nuestro alcalde decide volar como candidato en el proceso que se avecina, su mejor carta de presentación es un logro que aporte un beneficio altamente significativo a su pueblo que ya perdió la paciencia, como lo comprendió muy tarde el despreciado PRI.