Yucas, huaches y yucahuaches

La voz “huach” [wach] para identificar a los habitantes del altiplano central, o que no son oriundos del Sureste del país, procede de “guachinango”.

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La voz “huach” [wach] para identificar a los habitantes del altiplano central, o que no son oriundos del Sureste del país, procede de “guachinango”. Otra versión muy difundida dice que proviene de guarache, calzado que traían las fuerzas alvaradistas cuando llegaron a Yucatán. Es más verosímil la primera, derivada del nahuatlismo huachinango que significa “pez comestible de mar caracterizado por su color rojo encendido”, como las mejillas rubicundas de los niños que llegan del altiplano a las tierras bajas.

En Veracruz, y también en Cuba, ciertamente les han dicho así, huachinangos, desde el siglo XIX. De este modo, es más probable que “huach” sea un apócope de esta voz, y que a su vez, chilango sea una degeneración de chinango. Es de llamar la atención que en Sonora y Sinaloa les digan guachos [huachos]. En todos los casos, va implícita una cierta carga despectiva u ofensiva.

Según el Diccionario del náhuatl en el español de México, “guacho” es “soldado, forastero, fuereño, de otro estado”. Abreviación de “guachinango” en su acepción de habitantes venidos del interior.

En la península yucateca se le empezó a dar este nombre, adaptándolo a la fonética maya [waach], a los militares que antes perseguían a los rebeldes, descendientes de los que participaron en la denominada guerra de castas. Por extensión, para el yucateco en general, es la persona que viene de otra entidad federativa; aunque ahora, ya se identifica cuando se es norteño, veracruzano, chilango, tabasqueño...

En las últimas décadas se comenzó a usar la voz “yucahuach” de yuca, apócope de yucateco, y waach, para llamar al yucateco que, habiendo emigrado de Yucatán y vivido en el Distrito Federal por un largo periodo, parece haber perdido su identidad, habla cantadito, usa expresiones chilangas y adopta poses que lo encasillan entre los “pesaos” en Yucatán: “Fo, arredobaya, doña Lulú regresó hablando cantado del DF y sólo hizo un mes”.

Pero también se denomina “yucahuaches” a los chilangos que llevan mucho tiempo viviendo en Yucatán y que se han adaptado, más o menos, a las condiciones de la cultura regional, o que viven renegando de lo yucateco, pero que continúan viviendo aquí. La presencia de grupos del altiplano en la Península data de épocas precoloniales y no de las últimas décadas, como muchos piensan.

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