Sara Cauich/SIPSE
TULUM, Q. Roo.- Más de 30 pobladores de la comunidad de San Silverio, fueron seleccionados para visitar Holbox como parte del programa “Viajemos por Quintana Roo”. Pequeños que no conocían el mar tuvieron la oportunidad de que Holbox fuera el destino turístico que los recibiera. El presidente municipal de Lázaro Cárdenas, Emilio Ancona Jiménez, dio la bienvenida a los visitantes a su llegada a la isla.

Con bastante antelación a la hora de salida, las familias empezaron a llegar al punto de reunión, esperando la llegada del autobús que los llevaría a la isla de Holbox. A las 7 horas, los invitados estaban ya reunidos y listos para la aventura.

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La mayor parte de los invitados llegaron de San Silverio, comunidad que el Ayuntamiento de Tulum ayuda con sus recursos propios, a pesar de que no está dentro de la demarcación municipal. Sin embargo, ahora fueron seleccionados para este viaje.

Siguiendo con el trámite, personal del DIF entregó a los representantes de la Secretaría de Turismo las cartas responsivas para realizar el viaje y cumplidas las formalidades el autobús partió el recorrido de cuatro horas hasta llegar a Solferino, un poblado que busca impulsar el ecoturismo.

Vetustos ejemplares de pich, también conocido en otros sitios como huanacastle, se han convertido en parte del atractivo. Se trata de árboles cuyo tiempo de vida está estimado en al menos 800 años, señalan los guías de la localidad. Enormes raíces y troncos cuyo diámetro rebasa los cuatro metros no dejan duda de ello. Se han desgajado, pero nuevamente salen ramas que los revitalizan.

Los guías también muestran las especies nativas que se cultivan en el orquidiario, hay al menos 30 especies que son reproducidas in vitro para preservarlas y repoblar la zona.

El siguiente punto de visita fue Chiquilá para abordar el ferry y llegar finalmente llegar a Holbox. Se cumplieron las formalidades con las autoridades, pero los chiquillos, ya estaban ansiosos por llegar al mar.

Fueron trasladados en carros de golf hasta el otro extremo de la isla, a lo largo de la avenida principal, Tiburón Ballena, antes conocida como Benito Juárez, y finalmente el mar. Sin necesidad de ropa de playa, la arena y el agua turquesa fueron los elementos necesarios para la diversión de estos chiquillos y sus familias.