Se acercan las vacaciones de verano y seguramente muchos de nosotros ya tenemos planificado adonde salir, qué actividades hacer, cuánto tiempo estaremos fuera y los destinos a visitar.

Es importante recordar que los viajes siempre tienen un impacto, que puede ser positivo o negativo, todo depende de las acciones que tomemos durante el mismo. Por eso hoy decidí escribir sobre las diferencias entre un turista y un viajero ya que, desde mi personal punto de vista, tienen características distintas. 

Hay muchas discusiones sobre los conceptos, incluso quienes piensan que para ser viajero no hay que tener boleto de vuelta, explorar, perderse en lugares remotos, correr riesgos, pero para mí es solamente una cuestión de modo de vida y forma de viaje. Los turistas también tienen sus propias características cuando viajan.

Veamos: Si pensamos en los turistas como tradicionalmente los vemos y conocemos en nuestros principales destinos del país, encontraremos algunas características comunes en ellos. 

Generalmente viajan en paquete, con todos los servicios incluidos en su viaje, minimizando el riesgo de sufrir algo “fuera de lo planeado”. Sus hospedajes son en hoteles tradicionales, de cadena, y si salen a hacer alguna actividad también se preocupan de que ésta sea planeada y reservada con anterioridad. No puedo identificar si son personas que tienen un alto o bajo poder adquisitivo, lo que sí puedo decir, es que tradicionalmente dejan menos derrama en la comunidad y se involucran poco con ella.

Un viajero, por el contrario, tiene una dinámica de viaje diferente. Previamente  investiga todo lo que puede acerca del lugar que visita que, generalmente (aunque no es una regla), está alejado de sitios masivos. Aunque planifica su viaje, lo realiza de forma independiente, rentando un auto, reservando hospedajes pequeños o tradicionales por separado, comiendo en restaurantes típicos (seguro evita restaurantes de comida rápida) y disfrutando los alrededores de la zona. Busca  siempre una interacción con la gente, visitar proyectos que manejen las comunidades, viaja de forma menos apresurada y disfruta el tiempo para conversar y aprender; seguramente sabe, al menos, algunas palabras básicas en el idioma local.

Y no estoy tratando de hacer sentir mal a nadie por haber planificado de uno u otro modo sus vacaciones, ni pidiéndoles que cancelen inmediatamente la semana que ya reservaron en aquel Resort todo incluido, no es la intención. Y tampoco pedirles que se vuelvan viajeros y dejen de ser turistas, porque como lo he dicho antes, es más una forma de vida que una tipología de viaje.

Lo que sí les pido en estas próximas vacaciones, es que reflexionen un poco del impacto que su viaje genera (positivo y negativo) en el medio ambiente, la cultura y la comunidad local. Sigan con sus planes, pero sigan también una serie de recomendaciones sencillas para hacerlo lo menos impactante posible.

1. Investiguen un poco del sitio que visitan y traten al menos de hacer alguna actividad fuera de las que ya tienen contratadas.

2. Busquen hoteles y empresas que se comprometen con alguna causa ambiental o social. Hay muchos con campañas excelentes a las que pueden sumarse los turistas, desde el ahorro de agua o energía hasta actividades de protección de especies o apoyo a comunidades.

3. Compren local; coman al menos una vez en un restaurante típico, y si llevan artesanías, busquen souvenirs locales, no chinos aunque sean “más baratos”. Si llevan artesanías cuiden que no estén hechas de animales en peligro o especies protegidas de flora y fauna. 

4. Platiquen con la gente de la comunidad; se sorprenderán de lo que uno puede aprender de ella.

5. Abran los ojos, observen sus actitudes y las de aquellos que les rodean, y traten de identificar si son turistas o viajeros.

Y ustedes, ¿cómo viajan?