Fernanda Duque/SIPSE
CANCÚN, Quintana Roo.- Pese a que el Artículo 34 de la Ley de Protección y Bienestar Animal del estado de Quintana Roo considera el abandono intencional o negligente como un acto de crueldad y maltrato, asociaciones como Dos Manos Más, calcula que de los 250 mil animales domésticos que hay en el municipio de Benito Juárez, 50% no tiene dueño, por lo que ven en la esterilización una solución para que no se sigan reproduciendo.

Sin embargo, por el momento no existe un mecanismo jurídico que obligue a los dueños de perros y gatos a someterlos a este procedimiento, o por lo menos hasta ahora, pues se pretende que en el siguiente período de sesiones de la XV Legislatura –que inicia el 5 de septiembre- se impulse la aprobación de una serie de reformas que reforzarán las responsabilidades de los propietarios.

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Algunos de los artículos que se pretenden cambiar son el 20, 26 y 43 que refieren sobre la esterilización de todos los perros y gatos que se den en adopción o que permanezcan en refugios, asimismo, se pretende que el personal de los centros de control animal, asistencia y zoonosis deberán regresar a los ejemplares debidamente esterilizados, corriendo los gastos a cargo del propietario. 

Además, quedaría reformado el artículo 52, quedando prohibido la posesión de más de cinco animales de compañía en viviendas y zonas urbanas. También se prohibirían en el estado la organización de corridas de toros y peleas de gallos.

Sin embargo, pese a que las modificaciones a la Ley fueron calificadas de buenas propuestas, la presidenta de Dos Manos Más, Vanessa Espino Barrera; opinó que estas serán difícilmente aprobadas durante el próximo período de sesiones, debido a diversas presiones políticas; sin embargo, insistió que la esterilización es la única medida que ha logrado disminuir el número de perros y gatos abandonados en las calles.

Insistió en que se necesitan medidas más fuertes en contra de quienes ejerzan cualquier tipo de maltrato en contra de otro ser vivo, por lo que buscarán que las sanciones se equiparen con el abuso a un niño o adulto mayor, pues se ha comprobado científicamente que quienes cometen este tipo de acciones pueden padecer de algún desorden psicológico grave.