Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Los antorchistas de Bacalar ocuparon dos hectáreas de terreno que pertenece al ejido, a pesar del malestar de los ejidatarios que el fin de semana pasado trataron de impedirlo, porque son tierras de uso común.

Filiberto Buitrón Hernández, presidente del comisariado ejidal, subrayó que la asamblea podría revocar el convenio de usufructo que extendió a una ejidataria, por venderlo a Antorcha Campesina, para establecer una colonia en las cercanías de la (Universidad Politécnica de Bacalar (UPB).

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Consideró que la ocupación es irregular, porque son tierras de uso común y se le concedió hace siete meses a la persona que lo vendió, porque es viuda de un ejidatario que falleció, para que lo trabaje.

“De por medio existe un convenio de usufructo que especifica que no se puede dar otro uso distinto al que fue destinado, por lo que someterán a la asamblea el próximo domingo para determinar lo conducente”, dijo.

Reconoció que María Elena Iuit Uc, como cotitular del derecho como ejidataria, le correspondía esa porción de tierra, para gozar el usufructo, es decir, de los resultados de algún proyecto o del trabajo de los terrenos.

Pero al ser de uso común, siguen perteneciendo al ejido, ya que se encuentra en un área de uso común y no urbana, por lo que sólo puede utilizar para establecer su parcela, proyectos agropecuarios o ecoturísticos.

“En el mismo sitio mantenemos letreros donde indican que a partir de esa zona no se puede utilizar para fraccionar, pero al parecer, realizó la transacción sin darlo a conocer a la asamblea”, subrayó.

Jorge Luis Pech, representante de Antorcha Campesina en el municipio de Bacalar, aseguró que no están invadiendo ningún predio, ya que lo adquirieron legalmente a una ejidataria y cuentan con los documentos respectivos que avalan la propiedad.

Indicó que quienes ocupan un espacio, son familias de escasos recursos económicos que quieren un lugar para vivir, “no venimos a invadir, sólo queremos un lugar para vivir con nuestras familias”, dijo.

En el sitio se pueden observar lonas que sirven de techo, hamacas, bancas improvisadas y fogones donde las madres de familia preparan sus alimentos. A pesar de los moscos y la humedad, varios pequeños caminan entre la vegetación, algunos de ellos con síntomas de gripa.