Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- El tratamiento que reciben las aguas negras del drenaje sanitario, cuesta a la CAPA 250 mil pesos mensuales, a pesar que trabaja a una sexta parte de su capacidad, porque sólo el 28% de usuarios de drenaje están conectados.

José Luis Soberanis Allen, gerente de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), señaló que la planta de tratamiento de aguas negras, capta los residuos que salen de los baños de las tres mil 629 viviendas de usuarios de la CAPA, para que no vayan a  parar la Laguna de los Siete Colores y contribuyan a su contaminación. Sin embargo, el 72% de usuarios no se ha conectado, lo que representa contaminación del manto freático y por ende, al cuerpo lagunar.

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Detalló el recorrido y proceso químico que tienen que pasar los desechos a través de varias etapas hasta que el agua es devuelta al manto freático sin riesgo de contaminación. Explicó que sólo captan cinco litros por segundo, a pesar que cuentan con la capacidad de darle tratamiento al agua que emane de toda la ciudad de Bacalar simultáneamente.

El recorrido de las aguas negras comienza en la parte baja de la ciudad, que es donde se cuenta con drenaje sanitario, los líquidos, con basura de todo tipo, como preservativos, toallas femeninas, chicles, bolsas de plástico, colillas de cigarros, entre muchos otros, tienen que atravesar, a través de las alcantarillas, toda la ciudad, en un recorrido de casi tres kilómetros, comienza en la colonia Mario Villanueva, donde se encuentra la planta de bombeo y termina en la Diego Rojas Zapata, donde se ubica la planta de tratamiento.

Previamente, todo este material pasa por una caja de desazolve, que es una especie de filtro, donde se queda la basura; el líquido, junto con las partículas que lograron filtrarse de la primera etapa, tales como semillas, chicles, etc. y el lodo, pasan por un cárcamo de bombeo, para subirlo al área de pre tratamiento, donde se termina de desechar la poca basura que contiene, donde el proceso de desintegración es más rápido.

Posteriormente, las aguas se depositanen un reactor biológico, donde los micro organismos consumen la materia y la convierten en lodo. El agua sucia se canaliza a un área de clarificación, donde los lodos se asientan y filtra el agua para el tratamiento con cloro líquido.

Los líquidos se incorporan a un apartado dentro del mismo reactor biológico, donde se someten a una recirculación, dentro de un tanque separador de lodos, donde permanecen por espacio de tres días, antes de pasarlos a un digestor para exterminar más bacterias, de modo que sólo quede el lodo sin micro organismos.

El lodo que resulte de todo este proceso, pasa por un área de purgado, con aparados denominados de filtro prensa, donde se mezcla con polímetro, que es una masa por bandas, por donde se filtra el agua y cae la masa, convertida en lodo, lista para ser utilizada en abono en los cultivos.

Tras pasar por las diferentes etapas, el agua, es depositada en un tanque de cloración, que es la etapa final por la que pasa, donde se le inyecta cloro al 90%, antes de ser arrojada al subsuelo, sin riesgo de ningún tipo, pues para garantizar la efectividad del procedimiento, una empresa particular, realiza pruebas a esta planta de tratamiento, al igual que otras del estado, al menos dos veces al año.

Las colonias Magisterial, Centro y Mario Villanueva, 667 viviendas ya cuentan con el servicio, pero solamente 184 se encuentran conectados, lo que representa el 28%, es decir, un 72% o 483 usuarios aún no lo han hecho.

El costo para conectarse al drenaje sanitario varía de acuerdo a la ubicación de cada vivienda, pero un estudio que realizó el Ayuntamiento, determinó que es entre mil 500 y 12 mil pesos, pues depende la distancia que se encuentre el registro y el sitio donde pretenden instalarlo dentro de su vivienda.

No conectarse al drenaje sanitario de la ciudad, significa que tres mil 445 familias de la cabecera municipal, que es el padrón de usuarios de la CAPA, sigue contaminando el manto freático a través de sumideros y por ende, la laguna de los Siete Colores, que de acuerdo a estudios que realizó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha comenzado a influir en las tonalidades de ese cuerpo de agua.