Responsabilidad federal, deforestación en el Tecnológico
La Profepa y Semarnat son instancias que deben hacerse cargo de la denuncia de estudiantes.
Javier Ortiz/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La deforestación que denunciaron públicamente estudiantes y ejidatarios, se lleva a cabo a espaldas del ITZM tendrá que ser atendida por la Profepa y Semarnat, porque son delitos de su competencia.
Miguel Ángel Nadal Novelo, titular de la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA), aseguró que lo que se refiere a desmontes de selva y manglar, son competencia de la Semarnat en la parte normativa y Profepa en la parte operativa, por lo que descartó cualquier intervención de esa instancia estatal.
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Mientras tanto, ejidatarios de Juan Sarabia, aseguraron que el desmonte continúa por parte del comisariado ejidal, Ernesto Haro Gutiérrez, sin que ninguna autoridad ponga freno, a pesar que se han talado árboles de gran dimensión.
Lázaro Cárdenas Anguiano, integrante de ese núcleo ejidal, afirmó que el representante ejidal de manera arbitraria se apoderó de 50 hectáreas que corresponde a la reserva forestal de ese Instituto, donde construyó su rancho, potreros, alberca y se encuentra devastando la selva de ese lugar para sembrar caña.
Dijo que han hecho del conocimiento de esta situación a las autoridades del Instituto Tecnológico de la Zona Maya, debido a que es propiedad del mismo, después que el ejido se lo cedió; sin embargo, no hacen nada para evitar o para recuperarlo a pesar que tienen en su poder el certificado parcelario que establece las 100 hectáreas, pero sólo cuentan con el espacio donde está el edificio, dijo.
Leslie Verónica Espinoza Ortega, presidenta del Comité Estudiantil del ITZM, lamentó que los estudiantes tengan que trasladarse a otros ejidos para realizar sus prácticas, porque a pesar que cuentan con una reserva forestal, no tienen acceso al mismo, porque se encuentra ocupado por Ernesto Haro Gutiérrez.
Dio a conocer que lo mismo sucede con el invernadero y la estufa de secado de madera, que se encuentran concesionados a una empresa particular, por lo que no tienen acceso para llevar a cabo las prácticas que demandan la carrera forestal que cursan.