Carlos Castillo/SIPSE
RÍO HONDO, Q. Roo.- La cotización del frijol se encuentra “por los suelos”, con precios de entre cuatro y ocho pesos el kilogramo, especialmente por la carencia de un centro de acopio para el grano.

David López Jiménez, ex delegado de la comunidad de Caña Brava en la zona limítrofe comentó que el anuncio que hizo el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que el precio de referencia del frijol podría ubicarse entre 14.00 y 14.50 pesos el kilo, sólo generó falsas expectativas entre los campesinos y, lejos de ayudar, provocó más incertidumbre entre los productores.

Recordó que de manera tradicional, el frijol comienza a cosecharse a finales de octubre y principios de noviembre, por lo que en este contexto precisó que el presidente rindió protesta el 1 de diciembre del año en curso, razón por la que la nueva administración federal no tiene tiempo para generar un nuevo esquema de comercialización de frijol.

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Expresó que de concretarse la instalación de algún centro de acopio sería demasiado tarde para los productores.

En entrevista, aseguró que este ciclo fue complicado porque de inicio llovió y luego se retiraron los chubascos, además de que los pocos frentes fríos que han llegado a la zona sur del estado sí afectaron el cultivo.

López Jiménez dijo que la mayoría de los productores se encuentran endeudados y determinaron comenzar la venta de sus cosechas; sin embargo, los precios que se manejan no alcanzan a reponer sus inversiones.

Mencionó que los mejores granos se venden de seis a ocho pesos el kilogramo, pero la mayoría lo ofrece hasta en cuatro pesos porque no están en las mejores condiciones.

El ex delegado afirmó que en promedio se cosechan unas cerca de 200 toneladas en la comunidad, por lo que los “coyotes” buscan las producciones cercanas a Caña Brava. De igual manera, muchos productores llevan sus cosechas a los centros de acopio de Campeche, donde les pagan el frijol a bajos precios.

La cuestión, recalcó, es que el frijol del actual ciclo agrícola ya comenzó a venderse para que el campesino pueda cosechar la siguiente hectárea.

"Entonces, como no tiene los recursos económicos suficientes para levantar toda su cosecha de un jalón, lo que hace el productor es vender unos cuantos costales de frijol para poder seguir generando ingresos y terminar de cosechar lo que le falte", explicó.