Dan seis años de vida al cáncer cervicouterino

El Premio Nobel de Medicina en 2008 indicó que en 2020 comenzará a registrarse una disminución importante de mortalidad por esa enfermedad.

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La Universidad de Guadalajara otorgó un doctorado honoris causa al científico alemán. (Especial)
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Agencias
GUADALAJARA, Jal.- En seis años comenzará a registrarse una disminución importante de mortalidad por cáncer cervicouterino, incluso en países pobres, y los sistema de salud, junto con la ciencia, podrán erradicar ese problema que se ha convertido en la segunda causa de decesos de mujeres jóvenes en el mundo, aseguró Harald zur Hausen, Premio Nobel de Medicina 2008.

Luego de recibir el doctorado honoris causa de la Universidad de Guadalajara por parte del rector Itzcóatl Tonatiuh Bravo, el científico alemán explicó que 2020 será un año clave para iniciar la etapa de erradicación de los tumores causados por el virus del papiloma humano (VPH) considerando que ya se cuenta con vacunas protectoras contra las cepas cancerígenas, según publica Milenio.

En 2012 la Organización Mundial de la Salud reportó 8.2 millones de defunciones a escala global por este tipo de neoplasia, de las que 1.2 millones ocurrieron en América Latina.

Trabajo pendiente

Aunque Zur Hauzen obtuvo el Nobel de Medicina por la investigación sobre el papel que juega el VPH en ese tipo de cáncer, para un científico “con inquietudes y comprometido resulta esencial observar la forma en la que sus descubrimientos definen estrategias internacionales y propician avances médicos”, aseguró.

El especialista consideró indispensable que, como lo hace México, los países inviertan en vacunas y las apliquen a las niñas antes de que inicien su vida sexual e, inclusive, deben inocular a los varones, pues ellos transmiten a las mujeres las cepas del virus.

“Claro, el cáncer es una enfermedad que tarda años en desarrollarse. Pero estoy convencido que en 2020 será posible ver el impacto que tiene esta investigación médica, científica y farmacológica”, aseguró.

Sin embargo, no se trata de una labor sencilla, pues es fundamental que se eduque a la sociedad y derribar barreras, como la resistencia que tienen algunos padres para que sus hijos sean vacunados sin anteponer prejuicios asociados a la vida sexual.

Aunque en Estados Unidos, comentó, han sido publicados artículos contra la vacuna, “es importante dejar en claro que es segura, que se ha aplicado en más de 700 mil mujeres, y como cualquier otra inoculación, tiene efectos adversos, pero se ha registrado un solo caso entre 100 mil”.

El científico dijo que, aunque un Premio Nobel resulta satisfactorio, “el reto es continuar trabajando, hay mucho que hacer en diversas áreas donde es preciso generar conocimiento”, por ello no piensa detener sus investigaciones.

Carne de res

Actualmente Zur Hausen está centrado en descubrir la forma en la que el consumo de carne de res se asocia con el desarrollo del cáncer de colon.

Por lo mismo, comentó, ya emprendió con su equipo de trabajo un protocolo epidemiológico de investigación internacional en el que se está analizando tanto a población de diferentes continentes, como al ganado, para determinar la etiología de esos tumores.

“Hay algunos indicios de que la propagación de este tipo de enfermedad se vincula fuertemente con el consumo de carne de res”, aseguró.

“Estamos analizando también algunos virus que tiene el ganado y la forma en que está desencadenando este tipo de cáncer entre la población... Es como un sueño, pero vacunar a las reses puede ser una estrategia para proteger a la gente de desarrollar tumores de colon y comer tranquilos”, comentó.

“En los países árabes, en los que se consume principalmente carne de oveja o de cabra, la tasa de cáncer de colon es baja. En India no comen res y casi no hay esos tumores. En Japón y Corea, donde en las últimas décadas esta carne se ha convertido en uno de los platos más populares, se evidencia un rápido crecimiento de la enfermedad”, adelantó el experto.

“Tengo la sospecha de que el cáncer de intestino grueso y en la sangre se desencadenan por medio de infecciones, aunque también hay sustancias químicas que se generan por la cocción, fritura o asado a la parrilla de alimentos”, acotó.

No obstante, “se podría tratar de un virus sensible al calor. Si asamos un pedazo de carne en término medio o poco, la temperatura al interior alcanzará por lo general entre 30 y 50 grados centígrados, lo que no es suficiente para inactivar esos patógenos”.

El científico alemán participó también en la inauguración del Congreso Internacional Avances en Medicina (CIAM), organizado por el Hospital Civil de Guadalajara.

Nanobiotecnología

El Cinvestav presentó ayer el proyecto ganador del Premio a la Innovación en Nanobiotecnología, que consiste en un nuevo tratamiento que inhibe el desarrollo del cáncer de mama con partículas nanométricas (que miden una millonésima parte de un milímetro).

El método, galardonado con un apoyo económico de 150 mil pesos, se basa en introducir dichas nanopartículas en las células cancerosas y que, una vez adentro, liberen genes “suicidas” que provocan la autoeliminación de tejido tumoral.

Los desarrolladores de este tratamiento, Daniel Martínez y Rosa Angélica Castillo, del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Cinvestav, explicaron que esas partículas “funcionan como un Caballo de Troya”, porque traspasan las membranas para llegar al núcleo, y una vez dentro causan la muerte de células tumorales sin dañar los órganos periféricos.

En sus experimentos, los investigadores aplicaron nanopartículas por vía intravenosa a un grupo de roedores que tenían células cancerígenas y, con el apoyo de fármacos complementarios para ese padecimiento, se logró reducir en 55 por ciento el peso del tumor. El fármaco ya posee dos patentes, una del Cinvestav y otra del Grupo Phrama, laboratorio que patrocina el premio.

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