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De acuerdo con un estudio publicado por el Departamento de Ciencias de Ejercicio y Nutrición en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington, en Estados Unidos, las personas mayores que realizan menos de tres horas de actividad física a la semana y pasan más de cinco horas al día viendo la televisión están en riesgo, tres veces más, de no poder caminar.

Sentarse durante mucho tiempo y ver la televisión eran particularmente dañinos, sobre todo cuando hay niveles bajos de actividad física total.

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“La televisión es un factor de riesgo muy potente para la discapacidad en la edad avanzada”, señala la autora principal, Loretta DiPietro.

DiPietro y colaboradores estudiaron datos del ‘NIH-AARP Diet and Health Study’, en el que se inscribieron hombres y mujeres de 50 a 71 años de seis estados de EE.UU. y dos áreas metropolitanas.

En 1995-1996 todos los analizados se encontraban en buen estado. Midiendo los niveles frente a la televisión, de ejercicio o tareas domésticas u otra actividad física, los científicos observaron que casi el 30 por ciento de los participantes previamente sanos sufrían algún tipo de discapacidad de movilidad. Es decir, resultaron con dificultad para caminar o incapacidad de caminar.

Por su parte, los participantes que pasaban cinco o más horas diarias frente a la televisión tenían un 65 por ciento más de riesgo de sufrir una discapacidad de movilidad al final frente a los que veían menos la televisión.

La asociación era independiente de su nivel de actividad física total y de distintos factores de riesgo conocidos por afectar al riesgo de discapacidad de movilidad.

Dentro del grupo más activo físicamente, la sesión total de seis horas por día o menos no tuvo relación con la excesiva discapacidad de movilidad. Sin embargo, en todos los niveles de actividad física, las cantidades ascendientes de tiempo de frente a la televisión incrementaron la probabilidad de una discapacidad a la hora de caminar en una forma de dosis-respuesta.