Llevar una alimentación saludable es algo que muchos buscan, pero que resulta realmente difícil de lograr por temas externos como una vida ajetreada o, simplemente, malos hábitos alimenticios desde la infancia.  

La primera clave para llevar una alimentación saludable es la voluntad. Se requiere de mucha fuerza mental para no caer en tentaciones, por lo que, si lo que buscas es cuidar tu cuerpo por dentro y por fuera, tendrás que estar bien mentalizado. Es cierto que este es el paso más complicado, pero una vez se adquieran buenos hábitos, llevar una alimentación saludable no supondrá ningún tipo de esfuerzo. 

El método del plato, un buen hábito alimentario

El método del plato es una perfecta herramienta para cuidar tu alimentación. Este debe estar compuesto por un 50% de verdura, ya sean hojas verdes, hortalizas, flores comestibles o setas, un 25% de proteína de carne, huevo, pescado, quesos o derivados y un 25% de hidratos de carbono como pasta, arroz, tubérculos o legumbres.

La gran ventaja de este método es que puedes hacer infinidad de combinaciones de platos saludables sin recurrir siempre a lo mismo. Por ello, resulta muy sencillo seguir este tipo de alimentación en comparación con otras dietas.  

Di no a los ultraprocesados 

Los ultraprocesados son, tal y como explica Carlos Ríos, “preparaciones industriales comestibles elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos.” Estos alimentos contienen muchos aditivos que consiguen crear una dependencia en las personas. 

Otro factor que lleva a los consumidores a adquirir este tipo de productos es su precio. Los ultraprocesados son productos muy baratos, por lo que muchas familias prefieren priorizar estos productos a otros como frutas y verduras que tienen un coste mayor. 

Ahora bien, existen alimentos procesados que sí son saludables. Las legumbres en bote, las pastas integrales o los panes de harina integral, entre otros, pueden incluirse en la dieta para una correcta alimentación. Este tipo de producto es perfecto para soluciones rápidas, con las que evitaremos caer en productos preparados procesados. Por ejemplo, se puede preparar un plato caliente con un bote de garbanzos con espinacas simplemente calentándolo en el microondas y salpimentando al gusto.    

En suma, productos que contengan refinados, sal, azúcar y aditivos deberían desaparecer de tu alimentación si lo que buscas es una vida sana.   

Cuidado con la ansiedad

Es posible que tengas buenos hábitos alimentarios, pero tengas muchos momentos de debilidad y acabes cayendo en la tentación de los alimentos ultraprocesados. Esto es causado principalmente por la ansiedad que sufrimos en el día a día, el ritmo frenético y las situaciones personales de cada uno. 

Cuando sientas la necesidad de comer algún producto no tan saludable, te recomendamos que analices primero la situación. Pregúntate a ti mismo si de verdad tienes hambre o es una necesidad mental para saciar esos nervios que sientes, o si esa ansia podría reducirse con otro tipo de alimento. 

Una vez detectado el problema, una forma de vencer esta mala costumbre es comer algo de fruta, un puñado de frutos secos o tomates cherry, un yogur o incluso la combinación de alguno de ellos. Para esos momentos de ansiedad, también se puede optar por una onza de chocolate puro de más del 85%. 

En definitiva, con trabajo, constancia y paciencia lograremos alcanzar unos hábitos de alimentación saludables que podremos mantener a diario.