Especial: La contingencia continúa. ¿Cómo cuido mi salud mental?

Experta comparte recomendaciones para dejar de alimentar la ansiedad y aprender a manejar las emociones.

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Ante la prolongación de la contingencia, la psicóloga Silvia Olmedo sugiere que cada persona haga un trabajo interno para promover su salud mental. (Foto: Reforma).
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Ciudad de México.- Ante el panorama que se vislumbra de meses, o quizás años, de medidas de contingencia por el Covid-19, la psicóloga Silvia Olmedo sugiere que cada persona haga un trabajo interno para promover su salud mental.

"Varias personas me han dicho: 'yo no me daba cuenta que hacía muchas cosas para alimentar mi ansiedad'. En la salud mental hay que educarnos y no se trata de decretar al Universo, va más allá", señala.

La psicóloga española ha publicado varios libros sobre emociones, relaciones de pareja y sexualidad, entre ellos Detox emocional, A dos pasos de la locura y Mis sentimientos erróneos.

"Hay que entender que tenemos que cuidar más nuestra salud mental. Esta situación (la prolongación de la contingencia) nos va a poner a todos vulnerables, hay que aceptarlo y, a partir de ahí, entenderlo y hacer cosas", dice.

Es vital establecer rutinas, agrega, darle al cuerpo un orden: si sabemos que nos va a dar ansiedad, debemos levantarnos temprano, desayunar bien y evitar información que alimente nuestra ansiedad o depresión.

"Cuando no duermes, te vuelves una persona muy sensible, que de cosas que antes no había conflictos, ahora te ves reaccionado mal.

"Es importante tener una buena higiene del sueño, si no dormimos lo suficiente o nos despertamos de manera intermitente durante la noche, nuestros niveles de ansiedad se incrementan.

Es importante no trasnocharse viendo la tele y adaptar los patrones de sueño a la luz del día y no dormir con ningún dispositivo electrónico en la habitación".

Otra recomendación importante, dice, es hacer ejercicio.

"La actividad física nos genera ciertos químicos que nos hacen sentir bien, por ello es recomendable seguir una rutina diaria", indica.

Una opción es caminar de 30 a 40 minutos diarios, añade.

A algunas personas con ansiedad se les quita el apetito, explica, a otras les da más hambre.

Con la ansiedad, menciona, lo primero que hay que entender es que es una respuesta normal del cuerpo. Es una respuesta que, en el fondo, nos permite reaccionar a tiempo ante una situación que consideramos amenazante.

"Por ejemplo, cuando una persona ve un león, inmediatamente su corazón comienza a latir más rápido para llevar más sangre a todo el cuerpo", explica Olmedo.

Es una conducta adaptativa, agrega la también presentadora de televisión y conferencista.

"El problema es cuando esa respuesta es constante, cuando tiene a tu cuerpo en estado de alerta de manera constante y, al final, reaccionas de manera desproporcionada ante una situación poco amenazante", indica.

"Cada pensamiento genera una emoción y cada emoción viene con una respuesta fisiológica. La mayoría tenemos pensamientos que nos generan ansiedad".

En la actual contingencia, podemos tener muchos pensamientos: sobre el posible aumento en la inseguridad en las calles, ideas catastróficas sobre nuestra salud, el empleo, el futuro. Pensamientos que, en la mayoría de los casos, si los contrastamos con la realidad, son poco factibles de concretarse.

El confinamiento y estas preocupaciones colocan a muchas personas en un estado de ansiedad alto, y el aumento de los niveles de ansiedad impacta negativamente en el apetito sexual y, por consecuencia, en el desempeño, lo cual puede ser un detonante de un conflicto de pareja.

"Hay que recordar que esto pasará. La vida sexual se reduce en la mayor parte de los casos, a excepción de quienes están en este momento enamorados. La mayoría de nosotros, en el encierro, vamos a tener menos deseo sexual, es natural. Cuando esto acabe, volverá el deseo a la normalidad".

Olmedo, quien cuenta con una comunidad de cientos de miles de seguidores en redes sociales, advierte que el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es otro malestar que puede aumentar exponencialmente en estos tiempos, por lo que si se agrava debe buscarse ayuda profesional.

¿Cómo podemos ayudar a las personas cercanas que están experimentando ansiedad, depresión o TOC?

Cuando vemos que una persona tiene síntomas graves, tiene que buscar ayuda con un psicólogo clínico o un psiquiatra. Muchas veces no podemos hacer nada por las personas que están a nuestro lado, excepto pedirles que acudan con un especialista.

Es muy peligroso tratar de hacerla de psicólogos o psiquiatras. Cuando te pones a escuchar a una persona en ese estado emocional, lo único que haces es retroalimentar y fortalecer ese estado. En el fondo lo que estamos haciendo es fomentar una rumiación.

Otros estamos en una situación en la que sabemos que no estamos tan mal, pero que podemos estar mejor. En ese caso debemos tomar medidas preventivas.

Para las personas que les atemoriza todavía salir a la calle, Olmedo sugiere hacerlo de manera gradual.

También recomienda retomar la nueva normalidad, disfrutando de los pequeños momentos de libertad y reencuentro recuperados.

Este confinamiento nos ha dejado también saldos positivos, concluye la psicóloga, como el saborear intensamente las pequeñas cosas de la vida: tomar un café con un amigo, salir al parque, visitar a familiares, situaciones que antes las dábamos por sentadas y que ahora nos pemiten valorar y disfrutar mucho más la existencia.

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