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Dos días o más sin comer es una clara señal de que tu mascota debe ir al veterinario. (Foto: Contexto/Internet)
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Ciudad de México.- Una mascota es parte valiosa de la familia. Por eso cuando tu perro o gato está indiferente, con poca energía y apagado, sus dueños suelen preocuparse, temiendo siempre que algo importante le ocurra.

Sin embargo, a falta de un lenguaje verbal, muchas veces complica que se pueda detectar qué es lo que tienen.

A continuación, conoce las señales que debes tener en cuenta para llevar a tu mascota con el veterinario para descartar alguna enfermedad, informa el portal Paraloscuriosos.com.

Extraños hábitos alimenticios

No es extraño que tu mascota se salte una comida o dos, especialmente en épocas de mucho calor. Sin embargo, también deberías estar al pendiente por si ocurre algo malo.

Dos días o más sin comer es una clara señal de que tu compañero necesita un examen médico. Algunas enfermedades hacen que los perros y los gatos desarrollen hábitos alimenticios inusuales, por lo que si tu animal de buen comportamiento comienza a asaltar la despensa o la basura a deshoras, deberías tener en mente algún tipo de problema.

Sed excesiva

Es importante saber cuánta agua bebe tu perro o gato cada día, ya que el hecho de tomar más de lo de costumbre, podría suponer el desarrollo de alguna enfermedad renal o incluso diabetes.

Esto puedes saberlo si necesitas llenar su recipiente de agua más veces de lo común. Por otro lado, también puedes fijarte en la cantidad de orina que expulsa cuando lo sacas a pasear (en caso de los perros), sus necesidades de salir más a menudo, o si se le escapa de vez en cuando de la casa.

Se esconde a menudo

Está claro que cada animal es diferente, pero si tu mascota generalmente amistosa comienza a adoptar una conducta extraña, escondiéndose a menudo en cualquier agujero alrededor de la casa, podría ser una mala señal.

Este deseo de evitar a todo el mundo puede estar relacionado con una sensación de malestar, especialmente si el animal se niega a comer, tiene problemas a la hora de evacuar, o padece otros síntomas; también se puede incluir un estrés severo, y si un gato opta por esconderse en los lugares más altos, tal vez pueda estar siendo atacado por pulgas.

Agresividad

Tanto los perros como los gatos, suelen adaptarse al carácter de sus dueños progresivamente, por lo que si llevas un tiempo de mal humor, tu compañero podría verse afectado.

Sin embargo, si tu amigo antes cariñoso se ha vuelto repentinamente agresivo, no lo castigues, intenta averiguar antes la razón. Podría estar sintiendo dolor, especialmente si tu mascota se enfada cuando la tocas. Otras condiciones pueden ser la artritis, problemas dentales, lesiones, infecciones, entre muchas otras, pudiendo alterar el estado de ánimo del animal.

Orina demasiado

Al igual que las personas, los perros o gatos que son mayores necesitan orinar y defecar un mayor número de veces al día, pero no debes pasar por alto algunas señales.

Si tu mascota ha comenzado a sentir estas necesidades más a menudo, o el color de su orina ha cambiado, no lo ignores, especialmente si realiza varios intentos falsos. Algunos problemas de salud graves puede causar tal comportamiento, como incontinencia urinaria, diabetes, infección del tracto urinario o enfermedades renales. Si tu perrita no está esterilizada, podría verse afectada por la piometra cuando sea mayor.

Se lame mucho 

Un hábito excesivo de autolimpieza en los gatos podría significar algún problema de salud; una de las razones es que puede estar sintiendo picazón o dolor dentro de la zona que lame, pudiendo asimismo tener pulgas o una alergia. A veces, los gatos se lamen mucho debido al estrés o la ansiedad.

Por otro lado, si es tu perro el que se lame demasiado entre las garras, la zona de la cola, o entre las caderas, podría padecer una alergia. Si lame objetos inusuales (el suelo o las paredes), o moja sus labios en exceso, entonces puede tratarse de un trastorno gastrointestinal.

No descuides sus ojos 

A veces, un simple vistazo rápido en los ojos de tu mascota puede sacarte de dudas. Para empezar, mira si tiene los ojos rojos, si expulsa algún tipo de secreción, o si el tercer párpado está prolapsado, ya que todo éstos son síntomas de un virus o alguna infección bacteriana.

Por ejemplo, en un gato, el hecho de una secreción clara por los ojos significa que se trata de un virus, mientras que si es de color amarillo o verde, nos dice que es una infección. Los ojos rojos también podría mostrar algún tipo de lesión, alergia, enfermedad de la córnea u otras sistémicas graves.

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