Prótesis biónicas: de la ficción a la realidad

El ingeniero mexicano Luis Armando Bravo asegura que en una década, el desarrollo de dicho campo será impresionante.

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Luis Armando Bravo, director general de Probionics, tiene planeado construir piernas electrónicas en 2016. (Milenio)
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Ángela Chávez/Milenio
MÉXICO, D.F.- Las prótesis biónicas son la realidad de lo que hace unos años solo se podía imaginar como una idea futurista que planteaban películas o series televisivas de ciencia ficción; sin embargo, actualmente varias partes del cuerpo pueden recuperarse a través de implantes robóticos, que cada vez son mejores en su movimiento, su adaptación al cuerpo e incluso en sensibilidad.

Respecto a este tema, “sabemos que la tecnología ha avanzado mucho en muy poco tiempo: hablando en materia de tecnología, lo que no realizó el hombre en 100 años, lo hizo en cinco”, dijo en entrevista para Milenio el ingeniero Luis Armando Bravo Castillo, director general de Probionics, empresa mexicana que fabrica prótesis biónicas y egresado del IPN, quien aseguró que en 10 años el desarrollo en este campo será impresionante.

Explicó que los avances en este campo son “una muestra clara de la evolución que se ha tenido, ya que en 1919 se comenzaron a hacer las primeras prótesis de gancho, que solo eran mecánicas. En 1970, poco después de la aparición del microprocesador, fue cuando por primera vez se desarrollaron las primeras prótesis bioeléctricas, que eran de pinza con tres dedos; este era el movimiento que lideraba el campo del comportamiento de las prótesis.

“Fue hasta 2006 cuando la empresa irlandesa Touch Bionics hizo una mano con dedos articulables, que rompió el paradigma de la prótesis convencional y generó una con mucha más movilidad en las articulaciones, y su forma también obedecía más a la de la mano biológica. Esa fue la aportación de la generación dos de las prótesis bioeléctricas”, relató el egresado de ingeniería en biónica del IPN.

Serán más prometedoras

Las nuevas prótesis pretenden superar a las anteriores, ya que incluso se busca que tengan sensaciones, como ocurre con la que desarrollaron investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza, y del Centro de Microrrobótica, en Italia, quienes diseñaron la primera mano con la posibilidad de tener tacto.

“Se han hecho esfuerzos para construir prótesis de todos los órganos del cuerpo y también para la visión artificial, de olfato y gusto; en fin, un sinnúmero de trabajos que vienen empujando centros de investigación y universidades de todo el mundo”, añadió.

Destacó que en la próxima década las nuevas tecnologías serán más prometedoras, ya que “va a haber un avance muy significativo, una revolución respecto a dos o tres cosas: la arquitectura cada vez será más versátil y las configuraciones mejores para mover los objetos y la forma en que se integran a nuestro cuerpo”.

Bravo Castillo también se refirió a la idea de un microchip que podrá interpretar las diferentes señales electroquímicas que van del cerebro al nervio, y al recopilarlas las mandará por Bluetooth para que la prótesis biónica responda en tiempo real, de tal manera que “se podrá construir una arquitectura para que pase lo que se ve en la película Robocop, cuando una persona puede tocar la guitarra con un brazo biónico haciendo los movimientos naturales en tiempo real. Ese es el futuro que se alcanzará debido a la osteointegración y al desarrollo de los biochips: interpretar las señales del cerebro al instante”, explicó.

En México

El especialista señaló la importancia de que “en el país tengamos la voluntad y la constancia para seguir el desarrollo para crear nuestros propios campos de ingeniería, que van a hacer una revolución. El futuro del reemplazo de órganos biológicos por artificiales ya está a la vuelta de la esquina, y de nosotros dependerá si nos quedamos como espectadores o como protagonistas de la historia”.

El ingeniero politécnico señaló los proyectos que tiene en su empresa: “De aquí a 2016, como compañía, tenemos planes de desarrollar la pierna electrónica de tipo modular y una versión dos del brazo electrónico, así como prótesis para amputaciones parciales de brazo, además de exoesqueletos”.

Robot parlanchín viaja por el mundo

Ha metido las botas en un lago, estuvo en una boda y participó en una reunión indígena. Un robot parlanchín ha cautivado a los canadienses desde que salió de Halifax el mes pasado, en un viaje hasta la costa del Pacífico.

HitchBOT, creado por un equipo canadiense de investigadores de la comunicación que estudia la relación entre personas y la tecnología, llegará a su destino final hoy en Victoria, en la Columbia Británica, donde lo recibirá una tradicional canoa aborigen en el Fuerte Victoria.

“Lo que buscamos es situar a la robótica en escenarios improbables y ver qué sucede”, dijo David Smith, uno de los creadores del prototipo y maestro en la Universidad McMaster de Ontario.

Pareciera que el robot fue armado a partir de piezas sacadas de una venta de jardín: una cubeta, tubos de hule espuma, un recipiente para pastel, guantes plásticos de cocina y botas amarillas de lluvia; sin embargo, tiene buen sentido de ubicación e incluso puede hacer preguntas.

Aunque sus habilidades conversacionales sean poco naturales, hitchBOT ha logrado cautivar a muchos en su viaje de 6 mil kilómetros desde que comenzó en Nueva Escocia el 26 de julio.

Los científicos universitarios también programaron el hitchBOT para seguir sus aventuras en internet y tomar fotografías que sube a Twitter e Instagram.

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