El acceso a la salud reproductiva en Estados Unidos está siendo gravemente afectado por las restricciones impuestas en Texas, especialmente para las poblaciones migrantes.

Con la reelección de Donald Trump, las políticas migratorias agresivas y la criminalización del aborto han generado un clima de miedo que impacta principalmente a las mujeres, que temen acudir a los médicos debido a la posibilidad de ser detenidas o deportadas.

Según Paula Ávila Guillén, directora ejecutiva del Women’s Equality Center, las comunidades migrantes, especialmente las indocumentadas, enfrentan grandes dificultades para acceder a atención médica.

 El miedo a la criminalización y la deportación ha hecho que muchas mujeres dejen de buscar atención ginecológica y obstétrica, incluso cuando necesitan servicios como anticonceptivos o pruebas de embarazo.

Ávila Guillén destacó que las políticas de Texas, que prohíben el aborto después de las primeras seis semanas de gestación y restringen el acceso a abortos en situaciones de complicaciones médicas, están poniendo en riesgo la vida de las mujeres.

Restricciones de aborto en Texas aumentan riesgos para mujeres

Una investigación de ProPublica reveló que al menos dos mujeres en Texas murieron después de que los médicos retrasaron los abortos en casos de embarazos complicados, lo que pone de manifiesto los peligros de estas restricciones.

Las mujeres que enfrentan complicaciones de salud durante el embarazo a menudo deben consultar con abogados antes de recibir atención, lo que genera incertidumbre y aumenta el riesgo de complicaciones graves.

Organizaciones como Planned Parenthood están intentando mitigar estos efectos mediante coaliciones con organizaciones comunitarias y consulados latinoamericanos, buscando brindar seguridad a las mujeres migrantes y proteger su información médica.

Con información de El País