Obesidad y desnutrición devoran a la niñez yucateca

IMSS detectó que en Yucatán 7 de 10 niños padecen problemas de peso y los tres restantes, de anemia.

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La alimentación repercute en la salud, por ello es importante una dieta balanceada. (Milenio Novedades)
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Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- De cada 10 niños que ingresan al servicio de pediatría del Hospital General Regional (HGR) número 1 “Ignacio García Téllez” del IMSS, siete tienen problemas de sobrepeso u obesidad, mientras que los tres restantes padecen desnutrición.

De manera alarmante, de los siete niños con obesidad o sobrepeso que se detectan, al menos cinco también presentan anemia, indicó el nutriólogo responsable del área de pediatría de este hospital, Julio César Sandoval Ortiz.

“La gente no cree que un niño con obesidad o sobrepeso pueda tener anemia. Mi explicación es que el menor, pasando el año, no lleva una alimentación adecuada. Me encuentro todos los días con pequeños de cuatro o cinco años que se toman hasta cinco biberones al día, pero sabemos que la leche de vaca es pobre en hierro”, precisó.

El especialista indicó que la toma de leche se debe empezar a revertir al año de edad, ya que comienza a correr su tiempo de desarrollo, donde en la alimentación que requiere el organismo la prioridad es la comida, por lo que la ingesta de leche se debe reducir, lo cual no sucede.

El principal problema es que existe ignorancia de cómo alimentar adecuadamente a un bebé

“No comen carne, ni frijol, y evidentemente son niños que tienen anemia; si echamos un vistazo, a los 20 niños que están ingresados ahora, al menos 17 tienen anemia, por lo que todo parte de la desinformación”, apuntó.

Agregó que es importante no comenzar dar de comer al niño cualquier cosa, sino hacerlo adecuadamente con base en los hábitos alimenticios saludables, que desayunen, coman y cenen a sus horas.

“Pasando el año de edad corresponde la dieta familiar. No hay que caer en el malentendido de que todo lo que yo como es lo que le tengo que dar. Para empezar a educar a los hijos hay que comenzar por uno mismo. No se puede exigir al hijo que tome agua de fruta y uno ingiera frente a él una bebida gaseosa”, detalló.

Sandoval Ortiz explicó que como departamento de nutrición, a todos los niños que llegan se les realiza un diagnóstico, y el panorama es ver a niños menores de un año que, de acuerdo con los parámetros estándar de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tienen sobrepeso u obesidad.

“No hay que olvidar la parte genética, pero desafortunadamente existe ignorancia de cómo alimentar adecuadamente a un bebé; está el fenómeno de la lactación, a qué edad empezó a lactar, qué leche usa y cuándo inicia la lactación qué alimentos se le aporta al bebé. Tratamos a niños menores de un año que ya tienen sobrepeso u obesidad”, apuntó.

Lo mismo sucede con los infantes entre uno y cinco años que presentan esta situación, por lo que son referidos a sus Unidades de Medicina Familiar (UMF), porque durante su estancia hospitalaria es imposible tratar de revertir esa situación.

“Su seguimiento, por ende, continúa en la UFM. Nosotros los orientamos y referimos, porque es una situación que se tiene que dar un seguimiento puntual”, destacó.

El médico mencionó que ante esta situación los niños empiezan a presentar resistencia a la insulina, un dato clínico que denominan acantosis nigricans, que es el oscurecimiento de ciertas partes de la piel.

También pueden presentar problemas respiratorios, social y emocionalmente repercute en el comportamiento y en sus relaciones con las demás personas, por lo que se tiene que pedir en estos casos interconsulta con psicología.

“Física, hormonal y psicológicamente golpea mucho, sobre todo ahora con tendencias como el bullying”, refirió. 

Vitaminas, clave en la alimentación

La especialista en nutrición del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán, Sonia Patricia Moreno Sánchez, indicó que para prevenir la obesidad, sobrepeso o anemia, es importante una alimentación saludable, en la que se asegure un buen estado vitamínico con legumbres, cereales y frutas.

Explicó que el principal objetivo de la alimentación es que el organismo obtenga los aportes energéticos y reguladores del metabolismo contenidos en los nutrientes.

Refirió que el aporte energético se encuentra en los carbohidratos, grasas y proteínas; el aporte regulador del metabolismo es suministrado por las vitaminas, sustancias que se encuentran en pequeñas cantidades en los alimentos y que son indispensables para la vida, la salud y la actividad física.

“La clave para tener una alimentación balanceada es acudir con un especialista, quien cuenta con los conocimientos sobre los valores nutricionales y de las porciones que cada persona requiere, según la edad, complexión física y actividades cotidianas, entre otras características”, apuntó. 

La especialista señaló que para tener un peso ideal no se debe dejar de comer, sino alimentarse correctamente.

Esto significa elegir alimentos de origen vegetal, como cereales, legumbres, hortalizas y frutas; lácteos y carnes, así como controlar el consumo de alimentos con alto contenido de grasas, azúcar y sal.

“Es importante consumir alimentos que incluyan proteínas, vitaminas, minerales y fibra, así como ingerir sal y sodio con moderación para disminuir el riesgo de padecer presión alta”, puntualizó.

Asimismo, resaltó la importancia de consumir pescado en abundancia y huevos con moderación.

Mientras que el agua, mencionó Moreno Sánchez, es la bebida por excelencia, y se aconseja ingerir durante el día un mínimo de ocho vasos, así como realizar actividades físicas media hora al menos cinco días a la semana; esto es tan importante como comer diario sanamente.

Comida yucateca, riesgo para consumidor

El coordinador nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Romeo Sergio Rodríguez, señaló que cualquier población con alimentación inadecuada, que se exceda en los gramos de azúcar, grasa o grasa saturada, que van directamente al corazón, tendrá importantes problemas de salud.

Yucatán, dijo, cuenta con una de las mejores cocinas del mundo, pero está basada en alimentos que contienen grasa y cerdo, entre otros. Si no consumen de manera balanceada seguirá existiendo un problema severo con niños obesos o sobrepeso, con una de las cifras más altas del país.

Recordó que un bebé, si no es bien alimentado, desde el inicio de su vida puede estar condenado a que a los 30 ó 40 años sufra un infarto, lo cual se puede evitar si desde pequeños los padres fomentan un estilo de vida saludable.

“Si no cambian los hábitos alimenticios, lo cual no es fácil, por lo menos que los niños no coman alimentos chatarra en las escuelas, lo cual los hace más obesos el futuro será mejor”, refirió.

El especialista en pediatría mencionó que los menores deben desgastar sus calorías, ya sea que corran, jueguen o hagan ejercicio, “ya que diluyen esas calorías y entonces el futuro de los niños de Yucatán, como los del resto del país, será más sano”.

“Actualmente, vemos a los infantes que ni se quieren parar a prender el televisor si no encuentran el control remoto, es lo peor que puede pasar, lo que conforma un ambiente obesogénico, que es el de abundancia de comodidades, mayor acceso a alimentos energéticos y vida sedentaria”, acotó.

El también asesor de la Fundación Mexicana para el Corazón del Instituto Nacional de Cardiología de México subrayó que la globalización de los mercados de alimentos ha redundado en la producción de comida producida masivamente y de bajo costo; esto es parte de la generación que crece con mayor grasa saturada que se va directo al corazón.

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