Salvo que lo hayas pescado, el salmón que comes ¡no es rosado!

El 70 por ciento de los ejemplares que se comercializan son criados en granjas.

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El color real de la carne del salmón es blanca, si se trata de un ejemplar criado en una granja. (Pixabay)
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Agencia
CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando piensas en salmón ¿de qué color lo ves? Su color coral es de las primeras características que resaltan de este pescado. Pero, los salmones de granja en realidad son blancos y añaden colorante a su comida para que tenga la tonalidad que esperamos.

Si consumes salmón seguido, sentimos romper tus ilusiones pero es muy probable que sea de granja, debido a que representan el 70% del mercado global, publica el portal de noticias Food & Wine.

Y en un mercado con un creciente apetito por el salmón (su consumo se ha triplicado desde 1980 a la fecha) la granjas son una manera de que los consumidores en todo el mundo tengan acceso al pescado.

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Casi todas las granjas de salmón añaden compuestos que pigmentan a la comida de sus peces. El color en el salmón salvaje es obtenido naturalmente porque comen crustáceos y krill que son ricos en carotenoides (el compuesto que hace que los camarones, cangrejos, etc tengan tonalidades rojizas-rosadas).

Al ver una foto que compara la carne de un salmón de granja con uno salvaje el cambio en las tonalidades es evidente.

Además los salmones cultivados suelen tener más grasa porque no se ejercitan como los salvajes (que literalmente nadan contra corriente para depositar sus huevos).

En una entrevista para la revista Time, el criador de salmón Don Read, asegura que agregan color al pescado porque de otra forma “los consumidores no lo comprarían…ellos compran lo que les resulta familiar”.

Y tiene razón, de acuerdo con una investigación hecha por DSM, los consumidores pagan más por los salmones con colores más intensos.

Para añadir lo carotenoides a la comida, las granjas pueden usar ingredientes naturales, como harina de camarón o de otros crustáceos molidos o compuestos sintéticos creados en un laboratorio.

Estos compuestos no son dañinos para la salud y suelen ser costosos, por lo que los productores no suelen abusar de las cantidades que añaden a los salmones. Así que disfruta tranquilo de tu salmón.

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