Gracias a un buen corazón puede jugar beisbol y futbol

Hace dos años, Luis Óscar, hoy de 18 años, se convirtió en el receptor más joven de un corazón que le trasplantaron en el IMSS en Jalisco.

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Luis Óscar, quien quiere estudiar psicología, aseguró que es necesario quitar el tabú sobre la donación de órganos. (Archivo/SIPSE)
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Agencias
GUADALAJARA, Jalisco.- Luis Óscar, de 18 años, muestra su gratitud al tener una oportunidad de seguir viviendo, luego de que hace dos años se convirtió en el receptor más joven de un corazón que le fue trasplantado en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Jalisco.

Como en la mayoría de los casos, Luis Óscar ameritó la cirugía porque tenía el corazón crecido, lo que provocó que cayera en insuficiencia cardiaca y ahora es el paciente más joven trasplantado de corazón en el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO).

Salvo algunas restricciones en su dieta, afirmó que ahora puede “hacer de todo, ahora estoy jugando futbol y voy a correr al parque con unos amigos”, de acuerdo con Notimex.

Recordó que fue trasplantado el 22 de febrero de 2012 y goza de salud gracias al buen corazón de unas personas que decidieron hacer la donación. Por su parte, la madre del joven, Olga, reconoció que su hijo “después del trasplante es otro”.

El titular del Programa de Trasplante Cardiaco del nosocomio, Silvano Vela Alarcón, detalló que Luis Óscar padecía una cardiomiopatía dilatada, esto es, un agrandamiento de su músculo cardiaco, secundario a las quimioterapias que le aplicaron por la leucemia que se le detectó a los nueve años.

El médico explicó que antes de la cirugía, Luis Óscar recibía fármacos para hacer más eficiente la contractilidad de su corazón e, incluso, se le implantó un cardioestimulador. Sin embargo, dijo, la enfermedad que lo aquejaba es progresiva y por lo mismo su deterioro se acentuaba conforme pasaba el tiempo.

“Empezó a cansarse mucho, tenía una tos interminable y llegó a escupir sangre, le encantaba jugar béisbol, desde chiquito lo ingresamos a una liga, pero ya no pudo jugar, primero por la leucemia y luego por la cardiomiopatía dilatada”, dio a conocer la señora Olga.

Quiere ser psicólogo

A dos años de distancia del trasplante, Luis Óscar dijo sentirse muy bien, ya que logró terminar su educación preparatoria y retomó su actividad como beisbolista. “Ahora ya terminó la temporada pero estoy jugando futbol y también corro en un parque con amigos, ya no me canso”, señaló orgulloso.

La señora Olga de nuevo interviene para señalar que la infancia de Luis Óscar no fue fácil. “Cuando le dijeron que necesitaba un trasplante me decía: 'no me van a alcanzar a trasplantar no quiero ir, siempre me dicen lo mismo, que hay que esperar'”, recordó.

Luis Óscar es de Culiacán, Sinaloa, y para la atención tanto de su leucemia como de su insuficiencia cardiaca requería estancias prolongadas fuera de su casa, en Guadalajara, para que los médicos del IMSS, primero en el Hospital de Pediatría y ahora en el de Especialidades, se hicieran cargo de él.

Su objetivo a corto plazo es continuar con su educación y se prepara para comenzar sus estudios de Psicología. “Me llama mucho la atención conocer el porqué del comportamiento de las personas”, dijo.

Regalo de vida

Sobre la nueva oportunidad de vida que consiguió gracias al corazón que le fue donado, admitió que le deprimía y pensaba que iba a morir esperando el trasplante, “porque aquí la gente no tiene cultura de la donación de órganos”.

Por ello, manifestó que es necesario quitar “ese tabú, que los órganos ya muerto uno sirvan, y en cambio pueden regalar vida, yo estoy bien gracias a una persona que donó su corazón”, expuso.

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