Verrugas, hongos y otros 'verdugos' de los pies

El podiatra Héctor González recomienda a la población tomar medidas simples para evitar infecciones podiátricas, entre ellas la higiene.

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Muchos recurren a productos comerciales para aliviar padecimientos en los pies. (Reforma)
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Jorge Alberto García/Agencia Reforma
MÉXICO, D.F.- Cuando el problema se esconde en los pies, muchas personas prefieren ignorarlos.

Las verrugas plantares, el pie de atleta y la onicomicosis son problemas podiátricos que suelen ser incómodos y antiestéticos, pero también poco atendidos, ya que parte de la población prefiere recurrir a métodos ortodoxos o productos comerciales.

El podiatra Héctor González afirma que los virus y hongos que causan estos padecimientos son microorganismos muy necios que necesitan un tratamiento adecuado y muchas veces prolongado: "Las personas suelen desesperarse o al empezar a ver resultado suspenden el tratamiento y cuando vuelve el problema se desaniman y no vuelven a utilizarlo", comenta.

Es por esto que el especialista recalca que la población debe tomar médicas simples de higiene, como evitar caminar descalzo en albercas, bañarse en el mismo baño que una persona infectada o compartir calzado o calcetas con ella.

Puntos dolorosos

Las llaman de muchas maneras: papiloma, mezquino, pero el término médico más exacto es verrugas plantares.

El podiatra comenta que estas incómodas carnosidades son causadas por el virus del papiloma humano, el cual se introduce en la piel y queda latente en el cuerpo: "Con el paso del tiempo se replica y genera una lesión la cual tiene una apariencia de coliflor o de pequeñas manchas negras", explica.

Luego empiezan a crecer en forma de racimo y pueden abarcar un área extensa de los pies. Su modo de contagio es a través de albercas públicas o por compartir calzado con personas infectadas. Normalmente los pacientes acuden a consulta cuando les empieza a molestar, pero también por el aspecto poco estético que tienen.

El diagnóstico consiste en pellizcar la lesión en ambos bordes con unos guantes para ver si duelen, explica González. Otra manera es buscar a través de una lupa pequeños puntos negros, conocidos como lechos vasculares.

"No son de alto riesgo y existen desde tratamientos conservadores hasta invasivos", afirma el podiatra.Éstos pueden ser a base de crema y una mezcla de agentes queratolíticos que tumban capas de piel, hasta llegar a las células infectadas por el virus.

Otros pacientes prefieren que el médico remueva las lesiones con un cuchillo, láser o nitrógeno en frío para eliminarlas.

"Muchos productos comerciales dicen curar las verrugas, pero en realidad queman y lo único que hacen es lastimar la piel en vez de curarla. También se las tratan de arrancar con un cortauñas, tijeras o navajas y el problema se agrava", advierte el podiatra.

Como es contagiosa, el médico recomienda tener cuidado al rascarlas o tallarlas, ya que se puede contaminar otra zona del cuerpo fácilmente.

Pie escamado

El pie de atleta es mejor conocido como la tiña del pie. Como las verrugas plantares, son también una infección, pero en este caso ocasionada por un hongo, que se alimenta de la queratina de la piel.

Su aparición está asociada a una mala higiene de los pies o por mantenerlos húmedos por mucho tiempo, lo cual genera un ambiente adecuado para que el hongo se desarrolle.

Caminar descalzo o con los pies húmedos o sudados en zonas públicas, como gimnasios, albercas y hoteles favorece la aparición del microorganismo: "Su manifestación es muy conocida: es un pie dolorioso, escamado y rojizo, con heridas y grietas entre los dedos, en la planta y con mucha comezón", explica González.

Para diagnosticarla se realiza un raspado de la herida para tomar una muestra y llevar a cabo una prueba de KOH (hidróxido de potasio), que indica la presencia del hongo.

"Este tipo de infecciones son más cómodas para tratar ya que con una crema antimicóticos puede resolverse el problema", afirma el podiatra.

En algunos casos también se pueden tomar antimicóticos que son antibióticos para los hongos de manera oral, especialmente si tiene otros padecimientos como diabetes.
El podiatra recalca la importancia de consultar con el médico y no intentar curarse por su propia mano, ya que puede ser contraproducente.

González indica que en el transcurso de la vida más del 70 por ciento de las personas padecen una infección de hongos en la piel, por lo que este problema es muy común.

Mala apariencia

Muy parecido al pie de atleta, en la onicomicosis el hongo decide alojarse en las uñas de los pies. "Se oculta por debajo de ellas lo que le favorece porque la uña funciona como un techo o protección para que el hongo crezca", detalla el podiatra.

Esta se torna amarillenta, quebradiza, se deforma y el microorganismo puede trasladarse rápidamente e infectar al resto de las uñas de ambos pies. No provoca síntomas graves, pero sí un problema cosmético.

Hacer un raspado para realizar una prueba de KOH (hidróxido de potasio) es la manera más eficaz de comprobar la presencia del hongo, pero ésta se puede adivinar fácilmente por el aspecto de las uñas.

La duración del tratamiento suele ser largo y lento, en ocasiones seis meses o más tiempo, ya que el hongo se aloja en lo más profundo de la uña.

"Lo más recomendable es tomar tratamiento oral antimicótico y retirar parcialmente la uña infectada con una técnica láser o perforación parcial, para poder llevar el medicamento hasta la raíz" detalla González.

Destaca que muchos productos comerciales afirman curar la onicomicosis, pero éstos realmente no funcionan ya que no penetran hasta el fondo de la uña enferma.

El especialista advierte que arrancarse la uña sólo hará que se deforme, altere su crecimiento y se encarne, mientras que el hongo no desaparecerá.

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