Alineación hombre a hombre, rompe esquemas en la NFL

Los Patriotas de Nueva Inglaterra pioneros en su uso, lograron una temporada casi perfecta en el 2007.

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Tom Brady comandó en la década del 2000, a una ofensiva casi imparable. (Foto: Archivo/AP)
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Agencias
MÉXICO, DF.- Es la filosofía deportiva estadunidense: uno contra el otro; este momento será tuyo o será mío. Así se mantiene sin importar si se trata o no de un deporte de conjunto. En la NBA existe, por ejemplo, la marcación de defensa ilegal, que se aplica cuando no se respeta el marcaje individual y se opta por la zona.

En la NFL actual, también ya se ponderan los enfrentamientos directos, el hombre a hombre. Cada vez más equipos recurren con mayor frecuencia a formaciones de varios receptores, mientras que la posición de fullback está desapareciendo y la del corredor se ha minimizado.

Cuando los Patriotas abrieron su ofensiva sistemáticamente, rompieron un racimo de récords en su temporada regular perfecta de 2007. Con el brazo de Tom Brady en su mejor momento, el coach Bill Belichick y el coordinador ofensivo Josh McDaniels rodearon a su muchacho de talento y lo hicieron al estilo de la llamada spread ofensecon Randy Moss, Wes Welker, Donté Stallworth y Jabar Gaffney.

El objetivo de este esquema es forzar a la defensiva a que se preocupe por cada centímetro del terreno; hace obsoleta la tradicional formación defensiva a ultranza (inclusive en zona de gol). En teoría, al obligar a la defensiva a expandirse, automáticamente se crearán espacios, carriles desde una óptica horizontal, pero también, naturalmente, éstos se presentan en el transcurso de la jugada hacia lo profundo. Al final, todo esto hace que proliferen los duelos uno a uno, lo que beneficia, sobre todo, a los receptores atléticos: rápidos, altos y con resistencia al choque.

Para explotar todas las opciones del terreno abierto, aquellos Pats de 2007 tenían para el largo yardaje a Stallworth y Gaffney, en lo profundo a Moss y en el slot a Welker. La maquinaria era prácticamente infalible con tiempo en la bolsa para que Brady se decidiera por un blanco, lo cual, hay que decir, no ocurrió en el Super Bowl XLII ante los Gigantes, que lograban ejercer presión sólo con su frontal.  

Aaron Rodgers lo hace con éxito en Green Bay, dado que es un pasador que, como muy pocos, sabe eludir la presión y lanzar con precisión sobre la carrera, extendiendo las jugadas: sus armas para ello son Randall Cobb y Jordy Nelson, dos receptores que en el 1-1 buscan en balón como aves rapaces (recordar el primer TD del Super Bowl XLV, un pase de Rodgers para Nelson).

Concretamente, se trata de mandar a tu receptor a que venza a un solo hombre, a su rival directo. Y para ello, pocos en la NFL como Calvin Johnson, que este año estará acompañado por Golden Tate y Kris Durham; Megatron tiene 9,328 yardas en siete temporadas, con 572 recepciones y 66 touchdowns. Es acaso la peor amenaza para un defensivo profundo en la actualidad.

Matt Stafford, que brazo le sobra, en ocasiones lo único que tiene que hacer es poner el balón en alto para que Megatron haga lo suyo y el defensivo, ya sea el esquinero o el safety, quede exhibido. Pero, en general, esto ocurre cada vez más en la NFL actual.

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