Mundial de Clubes ya es pasado... Tigres, el presente para América

Comandados por el revulsivo Ricardo Lavolpe, las Águilas vuelven a México para decidir la final del Apertura 2016.

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El Mundial de Clubes ya es historia para América, pero el equipo aún sueña con brindar un título a su afición en su año del Centenario. (Notimex)
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Higinio Robles León/ Milenio Digital
YOKOHAMA, Japón.- El Mundial de Clubes ya es historia para América, ahora queda el reto más grande del año: pelear por el título de Liga. Se ha corregido un rumbo que parecía iba camino al despeñadero.

La marcha de América cambió el 19 de septiembre, un movimiento que llevó al estado actual del equipo, la mañana de ese domingo, Ricardo Peláez llegó a las instalaciones de Coapa muy temprano, la noche anterior las Águilas habían perdido otro partido como local, 0-2 ante León, el cuadro de Coapa vivía en la irregularidad, así que el presidente deportivo se vio en la obligada necesidad de ejecutar un cambio de entrenador, se acababa la gestión de Ignacio Ambriz.

El 22 de septiembre, la directiva presentó a Ricardo La Volpe como el entrenador elegido para devolver la estabilidad, el cambio fue acertado, desde el primer partido (ante Pumas), el momento emocional y, sobre todo el futbolístico, cambió. Los resultados llegaron y las Águilas se mantuvieron en la zona de Liguilla.

América empezó un camino en la búsqueda de la identidad que le pudiera imprimir La Volpe, no fue sencillo, porque la Copa se empalmaba con la Liga y hubo Fechas FIFA en las que el entrenador no podía tener sesiones de entrenamiento con el equipo completo, aunado a las lesiones que se fueron presentando.

Como pudo, el cuadro de Coapa se fue manteniendo en la pelea, en la Copa avanzó hasta las semifinales y ahí cayó eliminado por Chivas, entonces la cabeza de cada integrante del cuadro americanista empezó a centrarse en llegar lo más lejos posible en la Liga y con el plan a futuro de trascender en el Mundial de Clubes.

La mejor exhibición de América con La Volpe llegó en el último partido de la fase regular, en la cancha de Pachuca, las Águilas perdían por dos goles y tuvieron los arrestos para darle la vuelta al juego, fue un ejercicio de orgullo, de buen futbol y de contundencia. Un empate a tres goles que dejó en el equipo el convencimiento de que podía pelearle a cualquiera.

En la Liguilla, los puntos obtenidos lo cruzó con Chivas en cuartos de final, una serie que demandaba a las Águilas ganar sin discusión, había cuentas pendientes con el equipo rojiblanco, por el partido de Liga que perdieron en el estadio Azteca por 0-3 y por la eliminación de la Copa Mx.

Salió América con un marcador adverso en la ida, pues el empate a un gol le concedía el pase a los rojiblancos. Y en el estadio Chivas, el Bigotón y los suyos dominaron el trámite del partido, el entrenador americanista le ganó al rojiblanco el duelo estratégico. A los goles avanzó América, sin dudas y cuestionamientos.

Fortalecidas moralmente, las circunstancias del torneo se inclinaron a favor de las Águilas que pudieron recibir el juego de vuelta de las semifinales en el estadio Azteca, todo estaba listo para que el equipo se instalará en la final, la serie contra Necaxa nunca se vio comprometida, La Volpe volvió a manejar las condiciones, el equipo ha madurado y se ha visto una evolución de la idea en cada partido. No importaba que se alargara el torneo hasta Navidad, ese fue el compromiso asumido el día que arrancó la pretemporada y se lograba cumplirlo.

El viaje a Japón tuvo un doble fondo, curar la herida que permaneció abierta un año después de lo ocurrido ante el Guangzhou. La victoria ante el Jeonbuk dejó claro que América es un equipo que tiene capacidad de reacción. Y ante el Madrid salió con la cara levantada, le compitió uno de los mejores equipos del mundo.

Una nueva prueba

Se acabó el Mundial de Clubes, el juego con el Atlético Nacional fue la última parada en Yokohama, el último ensayo para regresar a batirse con Tigres. América no ha perdido el ritmo, ha mantenido el tono competitivo con tres partidos de alta exigencia. Habrá cansancio quizá, no se sabe cuánto impacto pueda tener éste en el equipo, pero la historia de las Águilas en México se ha labrado en salir avante de gestas con alta exigencia.

¿Cómo está Tigres?, bien descansado, con los músculos en reposo en las últimas dos semanas, con juegos amistosos y la mente despejada, entrenando y a la espera de que empiece la batalla, quizá algunos se desvelaron para ver los partidos de los azulcremas y empezar a ver por dónde hacer daño, ellos lo sabrán.

América ya alista el regreso, en el avión a México va un equipo que no ha perdido el hambre y la ilusión. Las Águilas ya piensan en Tigres, el semestre se ha rescatado y quedan los últimos 180 minutos del año.

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