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Se superó en su arte para utilizar lo ilegal como una herramienta ofensiva. (ESPN)
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Agencia
ESTADOS UNIDOS.- La revancha entre Andre Ward y Sergey Kovalev terminó con victoria del primero por TKO, pero fue el gran protagonista de otra noche de terror para el boxeo de primer nivel fue veterano réferi Tony Weeks.

El réferi le permitió golpes bajos a Ward, se hizo de la vista gorda a los golpes en la nuca que propinó el estadounidense, a quien no le hizo ni una amonestación cada vez que intentaba cabecear al rival y le concedió la victoria tras una verdadera sinfonía de golpes ilegales, informó el portal ESPN.

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De todas maneras, que Weeks detuviera la pelea en el octavo episodio no cambiaría la historia final del combate. Pese a que Kovalev había ganado casi todos los asaltos, en las tarjetas parciales, dos de los jueces (Glenn Feldman y Dave Moretti) tenían arriba a Ward.

Se repitió la historia de la primera batalla y si bien el libreto esta vez tuvo algunos cambios, en lo medular, en lo que usualmente decide las peleas de Andre Ward, no hubo alteraciones. Por el contrario, el estadounidense que se hace llamar “El Hijo de Dios” se superó en su arte para utilizar lo ilegal como una herramienta ofensiva. Suele recurrir al amarre, al golpe en la nuca, al castigo durante el clinch o, incluso, al cabezazo, pero no recordamos esa capacidad de golpear con tanta efectividad en la zona prohibida.

Visto lo ocurrido en la batalla anterior, imaginábamos que esta vez no le perdonarían ninguna marrullería.

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