Sueñan con ser como Messi, pero en silla de ruedas motorizada

Activistas esperan que este tipo de futbol pueda ser una disciplina más en los Juegos Paraolímpicos de 2020.

|
A los deportistas con alguna distrofia muscular les sirve como terapia. (Agencias)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencias
BUENOS AIRES, Argentina.- Con el uso y dominio de sus sillas de ruedas motorizadas, cuatro jóvenes argentinos con discapacidades motrices sueñan con ser grandes astros deportivos como Messi.

Valentino es de River y sueña con hacer gambetas como Messi, Adrián, fanático del Boca, quiere meter goles como Palermo; Eugenia y Sofía tienen menos pretensiones y sólo quieren divertirse con la pelota.

Estos jóvenes sufren discapacidades motrices y de por vida están atados a una silla de ruedas, pero eso no les impide cumplir sus fantasías.

Aparte de ellos, medio centenar de niños y adolescentes de ambos sexos comenzaron a practicar desde hace unos meses en Argentina el fútbol en sillas de ruedas motorizadas (Powerchair Football en inglés), una disciplina que les permite mejorar su calidad de vida.

Con este deporte los jóvenes cuadripléjicos o con otras patologías como esclerosis múltiple, atrofias y distrofias musculares, parálisis cerebral y lesiones de la médula espinal, pueden integrarse a la sociedad y estrechar lazos de amistad con quienes están en su misma situación.

El deporte con silla de ruedas se practica en canchas bajo techo, con una dimensión igual a la de básquet. Los jugadores le pegan a una pelota de fútbol cuyo tamaño es mayor a la reglamentaria, con una protección especial que se coloca en la parte inferior de la silla.

Mariano Rozenberg, entrenador y director de la fundación Powerchair Football Argentina, explica que "ellos no habían tenido la posibilidad de practicar un deporte hasta que empezaron a jugar con nosotros".

Estos muchachos "son chicos apasionados por el deporte que antes eran acompañantes de sus hermanos o primos en el futbol, en el hockey, en el rugby o espectadores de ir a la cancha. Ahora son ellos los jugadores, son protagonistas, son deportistas", destacó Rozenberg. 

Sofía Sarina, una de las deportistas con apenas 11 años, desde que nació está en silla de ruedas a causa de una asfixia perinatal durante el parto.

Sarina se tomó unos segundos, puso en marcha la silla que mueve con un comando que maneja con los dedos de una mano y le pegó a la pelota. Lentamente el balón se metió entre dos conos de plástico que hacen las veces de la portería.

El técnico le gritó el familiar "golazo", provocándole una sonrisa a la niña y a sus orgullosos padres que la miraban desde el costado de la cancha de un gimnasio municipal ubicado en las afueras de la capital.

Es la primera vez que hay un deporte en silla de ruedas motorizada, "generalmente los chicos que las usan tienen una patología más severa", comentó Lorena Lardizabal, presidenta de la fundación y el alma detrás del proyecto.

Lardizabal, quien ayuda a conseguir las protecciones especiales y las canchas, descubrió esta disciplina cuando junto a su esposo viajó a Estados Unidos para asistir a una conferencia de atrofia espinal muscular, la enfermedad que tiene su hijo de ocho años.

Aunque se sabe que Argentina es un país muy futbolero, nunca habían hecho del deporte nacional un elemento de entretenimiento y terapia para las personas que usan sillas de ruedas.

"Creo que tiene mucho que ver con el mundo de la discapacidad, que es un mundo en el que las cosas cuestan ocho o diez veces más que en el mundo convencional", considera Rozenberg.

Este tipo de futbol surgió en 1978 en Francia, pero tiene poco desarrollo en América Latina. En su versión con silla de ruedas motorizada se practica con cuatro jugadores por equipo, más un arquero. Tiene algunas reglas básicas como faltas directas e indirectas, laterales, tiros de esquina y saque de arco.

Sin embargo, hay unas cuantas reglas que le son propias. Por ejemplo, dos jugadores de un equipo contra uno del rival en disputa de la pelota es falta y repone el equipo en inferioridad, y sólo se permite que esté un arquero y un defensor cuando un rival está en posición de gol.

Siempre que la persona tenga la capacidad cognitva de comprender las reglas del juego, desde los seis años puede empezar a jugar este deporte motorizado.

Lardizabal destacó que con este deporte su hijo "Valentino vio a otros chicos en su misma condición", pues muchas veces creen estos muchachos que son los únicos, y esta experiencia "lo enriqueció en ese sentido, lo fortaleció".

Valentino tiene una silla especial para practicar fútbol que importó su madre de Estados Unidos. A diferencia de la que usan sus compañeros, la suya es más rápida y con movimientos más flexibles que las comunes.

El hijo de la activista comentó tras el "picado" o partido informal que le sirve de calentamiento, que le encantaría "ser como la Pulga", aunque en persona conoció al mismísimo Lionel Messi en la concentración del seleccionado argentino y pudo jugar a la pelota con él.

Otro deportista que pudo convivir con su ídolo fue Adrián Parma, de 15 años, quien tiene una lesión de médula de nacimiento. Parma fue varias veces al estadio la Bombonera de Boca Juniors a gritar los goles de su ídolo Martín Palermo, ahora retirado.

A diferencia de Valentino, Parma es un eximio jugador de la PlayStation, mas reconoce que nada se compara con la felicidad de convertir él mismo un gol.

Mejor calidad de vida

Raúl Parma, padre de Adrián, el menor de sus cinco hijos y el único con capacidades diferentes, señaló que para los padres también es terapéutico porque en la charla entre ellos durante los partidos "surgen cosas que te ayudan a darle una mejor calidad de vida".

En Argentina la práctica del fútbol con sillas de ruedas motorizadas es gratuita, lo que permite que los hijos de familias de distinta condición social, puedan tener momentos de distracción y terapia al mismo tiempo.

Actualmente, informa la agencia AP, la fundación gestiona la personería jurídica con la que podrá recibir donaciones a favor de los 50 los jugadores que tiene reconocidos, aunque esperan sumar más antes que finalice el presente año.

La gran meta sería que se practique el fútbol con sillas de ruedas en todo el país y se pueda crear una liga. Y más adelante conformar un seleccionado para competir en el extranjero.

Pero las ambiciones crecen, pues los implicados en su promoción especulan que el fútbol en silla de ruedas motorizada podría ser una disciplina paraolímpica a partir de 2020.

Lo más leído

skeleton





skeleton