'Paquirri' se va en blanco de la Plaza Mérida

Los diestros mexicanos se alzaron con el triunfo tras cortar un apéndice, la tarde del pasado domingo.

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'Paquirri' lució, pero no fue suficiente para obtener premios en la Plaza Mérida. (Daniel Sandoval/Milenio Novedades)
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Dahemont/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Los toros de “Villa Carmela” de buen tonelaje, bien presentados de pitones pero desiguales en la lidia, mismos a los que sólo se les pudo cortar 2 orejas, una para Juan Pablo Sánchez y otra más para Diego Silveti, esta última, por insistencia y terquedad del público “villamelón” que apenas ocupó ayer media Plaza Mérida.

Por lo que respecta al diestro hispano Francisco Rivera “Paquirri II”, éste se fue en blanco al abreviar con su primero de su lote, corrido en primer sitio.

Abriendo tanda Paquirri

Francisco de Asís Rivera Ordóñez (Conde de Montoro), mejor conocido como su padre El Paquirri, que vistió la tarde de ayer un terno azul marino y oro, no se entendió con su primer enemigo, aunque lució destellos de su sapiencia torera.

No pudo domeñar al primero de su lote, Santa Rosa, un negro meano marcado con el No. 46 y con 512 kg en los lomos.

“Paco” no se acomodó con burel, aunque le faltó voluntad y cortó por lo sano, primero pinchando en 2 ocasiones y una tercera ración de cuarto de acero, que surtió efecto al doblar y el puntillero hacer su trabajo. Silencio.

Con su segundo, Tío Pepe, lo recibió con farol cambiado de rodillas junto a tablas hasta en 2 ocasiones, que le valieron palmas del respetable; luego de entregar mediante verónicas y rebolera a la bestia marcada con el No. 30 y de 510 kg al piquero David Vázquez, quien aguantó la vara ante las arremetidas del bicho que se tornó codicioso y que fuera sacado de la reunión para dar paso al tercio de las banderillas, mismas que ejecuta magistralmente el ibero, entrando por 2 veces de costado y finalizando con los palos “al violín” que le valen “dianas” de la orquesta y numersas palmas del multicéfalo.

Al final, Brinda la faena al público y con la pañosa en la diestra receta 2 ajustadas, un trincherazo y remata con el de pecho. Otras más con cambio de mano, para luego pasarse el trapo a la siniestra y terminar los naturales con galleo en la cara de la bestia.

Se perfila a matar, pero… pincha y repincha para tomar la corta y al primer marrazo despachar al Tío Pepe al limbo de tauro. Nada.

Turno de Juan Pablo Sánchez

El segundo espada del cartel, Juan Pablo Sánchez, enfundado en traje color salmón y oro, se enfrentó primero con Don Guillermo, de 504 kg y huellado con el No. 37. Sánchez lanceó al negro saíno y bragado que recibió un solo puyazo más que suficiente para pedirle al usía cambiara al segundo tercio… 3 palitroques de regular factura y luego el matador le brinda su faena al torero-empresario de la plaza de Cancún, Jorge Ávila, quien vistiera de luces hace muchos ayeres en el coso de Reforma.

Con la pañosa Juan Pablo hizo cosas de valientes, pasándose el burel al filo de la cintura y luego la “espaldina” que hace romper el silencio con el “olé” tan esperado. Repite para terminar su tanda con naturales estirando la pierna izquierda junto a los belfos de su enemigo. El culmen fue una tanda de derecha y una riesgosa “espaldina” que le valen dianas y el favor del público que lo premia con aplausos. Entra a matar tocando pelo hundiendo la toledana en lo profundo, rodando el nicho que  vendió cara su vida junto a tablas. Oreja y vuelta al anillo con devolución de prendas.

Ante su segundo enemigo, Don Chacho, No. 21 y 518 kg, Juan Pablo brindó al de las mil cabezas para realizar faena de aliño, 2 circurretes, naturales y párele de contar. Lo despachó al otro mundo con una contraria… Nada.

Cierre de Silveti

El de la dinastía también cortó una oreja al sexto de la tarde, Gran Familia, aunque, a decir verdad, no fijó nunca las zapatillas en la arena, pues el animal de pelaje berrendo, salinero, panza blanca, calcetero de los remos traseros, amplio de cuernas, lució apagado. Silveti le hizo toreo para “villamelones” para que le regalaran un arete, forzando al Juez que retuvo el pañuelo largo rato, hasta que la terquedad se impusiera y le otorgara el premio.

En su primer toro, corrido en tercer sitio, de nombre Tío Guille, Silveti no pudo hacerle ni el pellizco y pasó inédito al pinchar en 4 viajes, marrar con la corta en 3 ocasiones y finalmente después 2 pitos del biombo, al fin cayó y “sé fini”

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