Cruz Azul vence 2-1 a Monarcas

La Máquina logra valioso triunfo que lo tiene con vida en su lucha desesperada por calificar.

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Los jugadores del Cruz Azul en pleno festejo de gol (Imago7)
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CIUDAD DE MÉXICO.- Buen fútbol y garra. Con esos dos elementos Cruz Azul no estaría sufriendo tanto para llegar a la Liguilla. Es la mezcla idónea que tienen los verdaderos equipos grandes, porque cuando el buen funcionamiento no aparece, ahí aflora la casta para sacar los resultados adelante. Y sí, anoche La Máquina tuvo un poco de ambas cosas, no al mismo tiempo, pero sí en los momentos oportunos para sacar un vital triunfo (2-1) sobre Morelia que lo tiene con vida en su lucha desesperada por calificar.

De acuerdo a milenio.com, el conjunto de Jémez jugó bien la mayor parte del primer tiempo, de la manera como uno esperaría de este plantel; sin embargo, cuando el funcionamiento decayó en la segunda parte, ahí surgió el amor propio que posee este conjunto que, pese a la presión de Monarcas, supo mantener el nervio a raya y salir con el puño en alto, sin una desgracia de último minuto, tan común en este maltrecho club.

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Sí, Cruz Azul vive y como hace una semana mereció salir de puestos de Liguilla, hoy con toda justicia se jugará el boleto a la fase final en su casa y sin depender de nadie.

Y Cruz Azul inició como tenía que hacerlo: intenso y decidido. Estaba claro que el equipo cruzazulino sabía que de no ganar ahí mismo se le iría la Liguilla. Por eso La Máquina no esperó nada y desde el primer minuto se abalanzó sobre la portería de Sebastián Sosa.

El equipo de Jémez propuso un juego rápido, vertical, sin tanto toque en medio campo. Así se generó la primera llegada, un tiro desviado; luego se produjo la segunda, un remate de Gerardo Flores que Sosa desvió en el fondo, pero de ahí llegó la tercera que finalizó en gol. En el tiro de esquina Gabriel Peñalba se alzó con todas las libertades, peinó hacia el segundo poste para que apareciera solo Felipe Mora y la empujara a las redes.

Cuatro minutos y Cruz Azul ya ganaba el juego, al igual que hace una semana frente a Tigres, rápido supo encontrar la portería rival; sin embargo, ahora no se replegó para buscar el contragolpe. El conjunto celeste siguió con la misma dinámica y la misma intención ofensiva. Al minuto ocho tejió otra gran jugada, en la que Christian Giménez mandó un centro a segundo poste a la posición de Mora, quien vio el arribo de Francisco Silva, así que le bajó la pelota, pero el chileno calculó mal el bote del esférico y su impactó se fue suavemente a las manos de Sosa.

De Morelia no había noticia alguna, el equipo práctico que había logrado cuatro triunfos en sus últimos cinco compromisos no aparecía aún en su cancha. Es más, al 15’ otra vez se salvó de recibir el segundo tanto cruzazulino, ahora en una acción individual donde Chaco Giménez aguantó la barrida de Mario Osuna y luego sacó un derechazo directo a la humanidad de Sosa.

Cruz Azul era claro dominador del juego, tenía la manija del juego y solo un error propio podía meter a Morelia a la pelea, y éste casi se produce cuando Julio César Domínguez se confió de más y provocó que Diego Valdés se plantara frente a Jesús Corona, aunque su disparo se fue demasiado cruzado.

Siempre con esta Máquina habrá un riesgo latente, por tal razón necesitaba ampliar la ventaja lo antes posible. Y lo consiguió gracias a un error en la salida de Morelia, en la que Rafael Baca recuperó la pelota, alzó la cara y pasó al Gato Silva, el chileno prolongó hacia el costado donde Édgar Méndez ya esperaba; el español encaró a su marcador y en el momento justo mandó un centro raso que Sosa vio pasar sin animarse a cortarlo, grave error, pues a segundo poste otra vez apareció Felipe Mora para hacer el segundo de la noche.

Primer tiempo redondo para los de Jémez, que fue manchado un poco por el tirón que sufrió el Chaco en los últimos instantes y que lo obligó a retirarse del campo. La Máquina ya había hecho la primera parte del trabajo, solo faltaba concluir la obra.

En el complemento, ingresó Omar Mendoza por el lesionado Chaco y Morelia mandó a Miguel Sansores por Osuna. Monarcas salió más atrevido y desde los primeros instantes intentó recortar la diferencia. Pronto Carlos Guzmán tuvo la oportunidad, pero su disparo se estrelló en Velázquez. Ahí estaba el conjunto moreliano, atacando cada vez más cerca de la portería de Corona.

La Máquina debía contrarrestar el dominio y encontró en una descolgada de Méndez una buena oportunidad; sin embargo, el español abusó de la conducción y llegó vacío a la hora de disparar. Después de la oportunidad fallida de Cruz Azul, vino la respuesta de Morelia. Raúl Ruidíaz -inadvertido en lo que iba de partido- condujo hasta los linderos del área, y ahí fue derribado por el Cata Domínguez. Diego Valdés cobró la falta: un tiro raso que pasó por el mar de piernas cruzazulinas que en ese momento se alzaban en un salto casi sincronizado dentro la barrera. Gol. La Máquina le daba vida a Morelia al 56’.

Y llegó el momento del nervio, la historia repetitiva de Cruz Azul, otra vez muy cerca de ‘cruzazulearla’.

Los minutos transcurrieron, La Máquina se asentó mejor, pero cada aproximación de Morelia contenía una alta dosis de nerviosismo. En cada latigazo a Cuero o Ruidíaz, parecía que llegaba una nueva tragedia celeste. Llegaron los instantes en los que el conjunto cruzazulino tuvo que aferrarse a su mínima ventaja como fuera, que mostrara un poco de sangre en las venas para mantener viva su esperanza de Liguilla.

Y así lo hicieron. Cada disparo de Morelia encontraba una pierna celeste que lo desviaba, en cada tiro de esquina, era un elemento cementero el que ganaba la posición. A falta de juego, había corazón. No fue sencillo, pero Cruz Azul lo logró, es más, en los últimos instantes se atrevió a atacar para alejar cualquier tipo de peligro.

La Máquina vive. El sueño de la Liguilla está intacto y puede lograrse dentro de dos semanas en el Azul.

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