Agencias
RÍO DE JANEIRO, Brasil.-  Joseph Blatter considera que la FIFA puede reformarse a sí misma. Varios expertos en el combate a la corrupción señalan que un organismo con semejantes problemas no se saneará sin ayuda externa, informó AP.

El arresto de siete altos dirigentes del fútbol en Zurich y la renuncia de Blatter aportarían una oportunidad para transformar lo que Cobus de Swardt, director-gerente de Transparencia Internacional, ha considerado "un sórdido imperio de corrupción".

Pero cualquier cambio se topa con la realidad de la política en la FIFA: Sus 209 miembros, desde Vanuatu hasta Venezuela, y el poderoso comité ejecutivo difícilmente tomarán medidas contra su propio poder y privilegios.

Mark Pieth es un profesor suizo de derecho y fungió como asesor de la FIFA para el combate a la corrupción. Su labor concluyó el año anterior, cuando fueron rechazadas sus principales propuestas de reforma.

Pieth quiere que Blatter deje el cargo de inmediato, no en siete o 10 meses tras la elección de un nuevo presidente. Convoca a que se establezca una dirección interina para estabilizar a la FIFA y restaurar su credibilidad.

Sólo entonces debe haber una elección, que no podría realizarse a su juicio antes de dos años.

"Blatter no puede aferrarse a su empleo durante meses como un líder irrelevante", dijo Pieth a The Associated Press. "No tiene sentido desperdiciar tiempo y entrar en juegos políticos. No se renuncia por partes".

Pieth sugirió que se encargue de la FIFA provisionalmente "alguien desde fuera pero que conozca el interior". Mencionó por ejemplo al presidente de la federación alemana Theo Zwanziger o a Suni Gulati, quien lidera la federación estadounidense.

Consideró también que Gulati sería un buen candidato para la presidencia en el largo plazo.

"Tiene que ser alguien del medio futbolístico, pero que no esté manchado por el antiguo sistema", opinó Pieth. "No debe ser uno de estos antiguos dirigentes, porque de inmediato estarán otra vez en grandes problemas y se verán desacreditados".

Ello difícilmente complacerá a los favoritos actuales, Michel Platini, presidente dela UEFA, e Issa Hayatou, quien encabeza la confederación africana.

ALEXANDRA WRAGE, presidenta de Trace.

"Blatter quería presentarse como un reformista", dijo Wrage en un correo electrónico. "No creo que hubiera sido serio entonces en sus reformas, y es un poco absurdo oírlo hablar de su compromiso para `impulsar' medidas de reforma en los próximos meses, siendo que las rechazó hace años".

Wrage apoya también la idea de una presidencia interina y externa de corto plazo.

Convoca a restricciones inmediatas "en la recepción o entrega de regalos y en el hospedaje lujoso". Y quiere que los dirigentes tengan "una oportunidad única" de revelar conflictos de interés.

"Después de ello, debe haber tolerancia cero con los conflictos de ese tipo que salgan a la luz", opinó.

Wrage busca que al menos dos miembros del comité ejecutivo provengan "de fuera de la organización".

"Este es un club con vínculos muy estrechos, y sus miembros se han beneficiado enormemente del `statu-quo'", indicó. "Se requiere un cambio fundamental para restaurar la reputación de la FIFA, y no hay certeza de que veremos eso. Hay un riesgo auténtico de que tengamos otro presidente como Blatter, que le adeude su puesto a mucha de la misma gente".

Transparencia internacional

Este organismo ha emitido siete recomendaciones.

Una de las principales indica que la FIFA debe revelar la paga y egresos de sus dirigentes. Asimismo, debe dar detalles sobre la forma en que se gasta el dinero.

Las federaciones nacionales deberían publicar además cuánto dinero obtienen de la FIFA y cómo lo distribuyen.

Transparencia Internacional sugiere también límites de tiempo en las gestiones de los integrantes del comité, y pide que los patrocinadores "adopten acciones colectivas para presionar a la FIFA... a fin de que cumpla con los más altos estándares éticos".

Igualmente, solicita "estándares más estrictos de transparencia y cumplimiento de las leyes en las empresas de derechos televisivos".

Domenico Scala

Scala es presidente independiente de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento de la FIFA. Habló el día en que Blatter renunció, y enumeró las prioridades para un cambio. Afirmó que "nada se descartará" para reformar la FIFA.

Se enfocó también en la estructura del comité ejecutivo. Dijo que los miembros deberían someterse a "verificaciones sobre su integridad", un paso rechazado por las confederaciones que integran la FIFA.

Indicó que muchos cuestionan la transparencia en la organización. Por ende, la FIFA debería difundir "la compensación que reciben el presidente y los integrantes del comité ejecutivo".

Peter Alegi

Alegi, historiador en la Universidad Estatal de Michigan, ha estudiado los mecanismos de control en las organizaciones deportivas. Opinó que una pronta salida de Blatter eleva las posibilidades de cambio.

"Si el nudo se aprieta más sobre Blatter, si llega a muchos altos ejecutivos de la FIFA, creo que hay una posibilidad real de que la vieja guardia se vaya al menos, si es que no se le encarcela", indicó Alegi.

Instó también a una mayor diversidad dentro de la FIFA, con mujeres, ex deportistas, hinchas e incluso académicos.

"Todos los que están ahora en la FIFA vienen del mismo grupo", dijo. "Evidentemente, todos son hombres, con muy pocas excepciones".

Pero Alegi no espera una revolución.

"Es probable que llegue algún tipo de reformista moderado", especuló.

Otras ideas

Han surgido propuestas para convertir a la FIFA en una compañía que cotice en los mercados bursátiles. Otros argumentan que las confederaciones regionales son el problema, particularmente en países con débiles sistemas judiciales.

Muchas confederaciones carecen de transparencia y operan como una "FIFA en miniatura".

Roger Pielke Jr, de la Universidad de Colorado, publicó hace varios años un estudio titulado, "¿Cómo puede la FIFA rendir cuentas?"

"La FIFA demostró una y otra vez que no tiene esencialmente una supervisión jerárquica, una rendición de cuentas al público o a sus similares que avale su reputación, ni una responsabilidad fiscal mínima", escribió Pielke.