Con seis años en Primera División, es finalista de Libertadores

El modesto club ecuatoriano Independiente del Valle enfrentará desde la próxima semana al colombiano Atlético Nacional.

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Christian Núñez (i), de Independiente del Valle, se quita la marca de Nicolas Lodeiro, del Boca Juniors, en la semifinal de Copa Libertadores. El club ecuatoriano eliminó al argentino y disputará la final la próxima semana. (AP)
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Agencias
QUITO, Ecuador.- En sus primeros pasos en la Copa Libertadores, Independiente del Valle llevaba apenas unos 600 hinchas a su estadio, todos de la pequeña población de Sangolquí, sede del club a unos 40 minutos de la capital ecuatoriana, publica The Associated Press.

Cinco meses después, y tras ingresar a la fase de grupos con un agónico triunfo frente a Guaraní de Paraguay en la última etapa preliminar, el equipo que lleva apenas seis años en la primera división de su país está instalado en la final. Y nada menos que a costa de un gigante como Boca Juniors.

"Nosotros los dirigentes no logramos despertarnos de este sueño, que todavía no sabemos si es realidad", dijo el directivo de Independiente, Nelson Herrera. "Esto no solo es para Independiente, sino para Sangolquí y para todos los ecuatorianos".

Ni los seguidores más recalcitrantes hubiesen soñado ver a Independiente del Valle en esta instancia del principal torneo de clubes de Latinoamérica, más aún cuando dejaron en el camino a equipos como Atlético Mineiro, Colo Colo, al último campeón de la Libertadores, River Plate; Pumas de México, y finalmente a Boca en las semifinales.

Hasta ahora el único club ecuatoriano que ha sido capaz de levantar la Copa Libertadores es Liga de Quito, en 2008. El Barcelona ecuatoriano perdió las finales de 1990 y 1998.

El conjunto ecuatoriano selló la clasificación el jueves con un triunfo 3-2 en el estadio La Bombonera, un escenario difícil hasta para oponentes de gran tradición. Ahora disputará la final contra Atlético Nacional de Medellín a partir de la próxima semana.

"Cuando llegamos a Argentina, no nos consideraban un equipo grande, importante, pero hemos demostrado lo contrario en la cancha de Boca, donde jugamos", dijo el volante Jefferson Orejuela.

Por regulaciones de la Conmebol, tras su clasificación a la fase de grupos tuvo que mudarse de su estadio de Sangolquí, con capacidad para 7 mil 500 personas, al estadio Atahualpa de Quito, donde caben 40 mil espectadores. El estadio tuvo lleno total para todos los partidos desde que los dirigentes del club decidieron donar los ingresos de la taquilla a los damnificados del terremoto que afectó la costa central de Ecuador en abril.

Antecedentes 

Independiente del Valle llegó a la primera categoría del fútbol ecuatoriano en la temporada del 2010, y empezó a llamar la atención en 2012 con el arribo del técnico uruguayo Pablo Repetto, que un año después lo llevó al subcampeonato de la liga.

Con un plantel joven y veloz, en su mayoría producto de su cantera, Independiente del Valle disputó la Copa Sudamericana de 2013, y en 2014 y 2015 la Libertadores, aunque sin mayor éxito.

Tras el pitazo final que marcaba el triunfo 3-2 sobre Boca Juniors, la población de Sangolquí estalló el jueves en una fiesta que se prolongó hasta la mañana del viernes, matizada con fuegos artificiales, música y baile.

El mismo presidente Rafael Correa, tras el penal que atajó el portero Librado Azcona, en su cuenta de Twitter escribió "Azcona presidente¡¡¡", mientras que el ministro de Defensa, Ricardo Patiño, aseveró que "qué gran juego, qué gran equipo, Independiente nos estás dando un gran regalo con tu triunfo ante Boca".

El diario La Hora, en su portada tituló "histórico bombonerazo", mientras que Expreso señaló "Ecuador se vistió de fiesta" y El Comercio reseñó "Independiente se vistió de gloria en La Bombonera".

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