Agencias
MÉXICO, D.F.- Los meses, los días, las horas, se le hicieron eternas a Luis Suárez, el delantero uruguayo habrá pasado muchas noches dándole vueltas al asunto, ese partido entre Uruguay e Italia que se jugó en el Mundial de Brasil el pasado 24 de junio, no lo olvidará nunca. La televisión lo desnudó, mostró a todo el mundo un comportamiento que no va con ningún código ético cuando mordió a Giorgio Chiellini. La FIFA no tuvo piedad, lo sancionó severamente con cuatro meses exiliado de cualquier actividad relacionada con el futbol.

El tema de Suárez generó diversas reacciones, aún era jugador del Liverpool, un club que le respaldó a medias. Ya por esos días su representante, Pere Guardiola, sostenía negociaciones con el Barcelona. El incidente que tuvo Luis con Uruguay no frenó el traspaso, el Barça dio un paso adelante y acabó fichando al atacante.

Luis, el Barça y la Asociación Uruguaya emprendieron una lucha por reducir la sanción, pero la FIFA no cedió. Entonces el recurso se llevó al TAS. Y el Tribunal de Arbitraje Deportivo le devolvió media sonrisa a Luis, le dejó entrenarse, pisar los campos de práctica, pero no jugar partidos oficiales, en esa parte el castigo encontraba su fecha de caducidad el 25 de octubre.

Suárez ya no contará los días, ahora solo esperará el momento para comprobar la teoría de que junto a Messi y Neymar pueden ser el tridente más amenazante de Europa.

Luis vuelve al futbol, el Barça y el mismo deporte le esperaban con ansía, ahora queda la esperanza de que esos episodios desagradables no se repitan. Por lo pronto, Suárez ha jugado cuatro partidos amistosos, dos con el equipo filial del Barça y otro par con la selección charrúa. Solo Luis Enrique sabe cuánto jugará en el Bernabéu, pero sea cual sea la decisión, es un hecho que Luis verá acción.

Esta semana, Luis concedió una entrevista a la TV3, la cadena catalana recogió el sentir del uruguayo: "estaba encerrado con mi mujer y mis hijos, no hacía nada, no contestaba nada hablé con mi mujer, reflexioné y acepté la realidad de lo que había hecho, empecé a relajarme un poco más y cuando pedí perdón quedé liberado".

Recordó que "en esos días vinieron los contactos con el Barcelona, cuando se dio, me tiré a llorar por el respaldo que me estaba dando el club después de lo que había vivido, porque sentía que había arruinado mi carrera".

El charrúa confesó que en los días de exilio "no me sentía profesional, sentía que estaba haciendo algo que no debía, cuando en realidad me estaba entrenando, hacía cosas de una persona normal, pero capaz que me sacaban una foto y se armaba otro escándalo. Fue lo peor que me tocó vivir por un error que cometí y del cual pedí perdón".

Se acabó, Luis Suárez vuelve, la hierba verde de los campos de la Liga española le esperan para ver sus evoluciones. En el Santiago Bernabéu se sentirá futbolista de nueva cuenta.

(Con información de La Afición/Milenio)