Oreja para Diego Silveti y Arturo Saldívar en la Plaza Mérida

Ante un recinto lleno, ambos matadores realizaron buenas faenas para salir como triunfadores en la inauguración de la Temporada taurina.

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Diego Silveti obtuvo el apéndice con su primer toro, al que le hizo una faena muy completa con capote y muleta, justo para agenciarse el premio taurino. La imagen es de un integrante del grupo de Arte Valenciano que actuó también en la Mérida. (Daniel Sandoval/Milenio Novedades)
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Dahemont/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- La tarde inaugural de la temporada taurina en la Plaza “Mérida” se pintó de alegría y hasta temerarios saltos por parte de los 4 muchachos que burlaron a la bestia, Juan José Majete (capitán del grupo), Diego Navarrete Ratilla, ambos de Huelva, España, y su par José de Jesús Gleason Jr. y Emmanuel Ayala, los 2 de Aguascalientes, que pusieron la nota de suspenso, música y recortes mediante suertes a las que denominan: El pez volador, Al quiebro, Trípode, Palmas al aire, Capote sarape, Garrocha, Fiusburi, así como el Desplante lagartija. Su actuación les valió toneladas de aplausos cuando en coordinación devolvieron al chiquero al burel de la ganadería yucateca de Quiriceo de nombre Hassan, en memoria del recién fallecido Juez de Callejón Hassan González.

El primer bicho que saltó a la arena de nombre Xcatic le correspondió al montado Andrés Romero, quien cabalgó sobre corceles de la cuadra de Horacio Casas, quien sacó en primera instancia a Barsileiro, un tordillo salpicado a la pimienta, con el que clava los palitroques dando mucha ventaja al de Mimiahuapan, luego regresa al ruedo sobre Moura, un imponente castaño oscuro, que bailotea al ritmo de jarana y pasos dobles y con el que logra los mejores lances para dejar los arpones, sin embargo, al jinete se le vio falto de distancia en las embestidas, exponiendo la piel de sus monturas. Finalizó sus actuación sobre Destino, otro alazán retinto y con olé mete el rejón de muerte. Sólo palmas.

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Su segundo burel se tuvo que correr al séptimo sitio, pues hubo una equivocación en la zona de chiqueros al soltarle al de la lidia de a pie que le correspondía a Arturo Saldívar.

Corregido el error, el ibero se vio torpe en su monta, pues el chiloso animal le corneó con sendos puntazos a Olé, a esta jaca le metió el pitón en la entrepierna con derrame del bermejo líquido. Luego, expuso a su cabalgadura Moura, que también lo alcanza el saíno, por lo que entre mete y sacas del acero montando y desmontando, toma Andrés la corta y a base de marrazos termina entre rechiflas y el abucheo del respetable.

Así se llamó el toro de la ganadería de Begoña, que le tocó en suerte a Saldívar, quien vistió un terno tabaco y oro, aunque a decir verdad, no supo sacarle provecho al colorado que lo desarmó en repetidas ocasiones…sin nada que narrar, Arturo puso fin a la vida del picante bichejo que alzó la romana hasta los 520 kg. Nada.

Otro bicho de Mimiahuapan, que saltó al ruedo bajo la confusión en primera instancia recibido a portagayola por el centauro Romero, aunque al darse cuenta sus asistencias, tuvo que salirse para darle paso a Saldívar, quien le aplicó un recital de pases que le valieron palmas del tendido, luego de brindar al de las mil cabezas, se sembró las zapatillas y mediante pases de derecha, naturales ajustados y otras tandas bien logradas, se perfiló con la toledana y de una entera en buen sitio hizo rodar a su enemigo cercano a la puerta de cuadrillas. El Juez ni tardo ni perezoso le otorgó un arete como premio. Y tan tan…

Como la tarde lucía un cielo despejado y el tendido pletórico, pues el de la dinastía Silveti (Diego), recibió en la arena al nombrado como Xnipek (nariz de perro), un salinero con los 3 pelajes y el que además lucía un fleco como la peluca de Donald Trump, al que lanceó con el capote entre oles del respetable, las buenas embestidas del de Begoña emocionaron al multicéfalo el picador Ricardo Morales aguantó la vara para soltarlo hasta el borbotón para luego Diego, quien vestía color palo de rosa y oro, le recetara una tafallera al estilo Lorenzo Garza,  seguida de reboleras y recorte con desplante.

Las infanterías hicieron de las suyas con los palitroques, y ya con la muleta Silveti ahormó al burel con repetidas tandas de derecha, naturales y el clásico desdés. El matador terminó su actuación metiendo el acero hasta los gavilanes, aunque a decir verdad, fue una puñalada delantera y caída del lado derecho, que hizo doblar al Xnipek. El Juez Ulises Zapata León, le otorgó una oreja, con la que se tomó la vuelta entre palmas y prendas.

Silveti tuvo frente a sí al sexto de la tarde, que llevaba cornamenta delantera un tanto tocado del pitón derecho, cárdeno nevado de la dehesa de Begoña, al que no le entendió el andar el de Guanajuato. Sin embargo, el cremoso con nombre de licor tumbó de su montura al piquero Luis Miguel González y terminó su actuación a base de telones y con una ración de 3/4 de acero manda al destazadero a su rival de 4 patas. Nada.

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