Agencia/SIPSE
POCONO, Estados Unidos.- Un choque en una carrera de automovilismo siempre va a ser impactante porque reúne todos los ingredientes que se necesitan para que sea así: velocidad, vértigo, ímpetu, atrevimiento. Esto sin contar la cercanía que existe entre los vehículos.

De acuerdo con información de El Espectador, el pasado domingo en las 500 millas de Pocono, en la IndyCar se vivió un accidente que le dio la vuelta al mundo. Robert Wickens y Ryan Hunter-Reay se tocaron en la séptima vuelta, lo que provocó la detención de la carrera.

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El auto de Wickens se elevó y comenzó a dar vueltas sobre la pista, después de impactar con el alambrado de seguridad y cuando por fin se quedó quieto, las manos de los espectadores se fueron a sus cabezas de manera incrédula veían lo sucedido y temían por la salud del piloto.

 Sin embargo, la tensión se alivianó cuando Curt Calvin, vicepresidente de comunicaciones de Indy, dio a conocer que el más perjudicado en el accidente se hallaba "consciente y alerta" luego de haber sido trasladado a un hospital local.

Una vez transcurrido el accidente hubo una rápida reacción de la organización, con la intervención de la bandera roja, para detener la carrera y propiciar la atención a los heridos. Wickens, campeón de las World Series en 2011, tuvo que ser sacado de los restos del coche, le colocaron un cuello ortopédico y fue trasladado de urgencia a un hospital, donde fue tratado.

Según el comunicado de la escudería Schmidt Peterson Motorsports, el canadiense está siendo tratado por lesiones en sus extremidades inferiores, brazo derecho y columna por el incidente. Sufrió, además, una contusión pulmonar.

Mira el video del aparatoso accidente en las 500 millas de Pocono