El toreo se resiste a morir en España

Al menos 17 ciudades y pueblos han dejado de aportar dinero a las corridas o aprobado medidas que condenan.

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En las corridas se producen enfrentamientos a gritos entre partidarios de la actividad y manifestantes que se oponen a ella. Imagen de una corrida de toros en la plaza de toros de Las Ventas en Madrid, España. (Agencias)
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Agencias
MADRID, España.- Mientras los matadores enfrentan a toros de media tonelada en la Feria de Madrid y Pamplona se prepara para la corrida anual por sus calles adoquinadas, aumentan las tensiones entre las fuerzas que se oponen al toreo y los defensores de la tradición, que por primera vez cuentan con un grupo que defiende sus intereses.

Al menos 17 ciudades y pueblos han dejado de aportar dinero a las corridas o aprobado medidas que condenan, cuando no prohíben directamente esas actividades desde que el agrupación izquierdista Podemos obtuvo sus primeras bancas legislativas en elecciones locales y regionales hace un año.

El partido quedó tercero en la votación de diciembre que revolucionó la política nacional, donde ahora hay cuatro partidos principales en lugar de los dos tradicionales. Ese desenlace no permitió formar un gobierno y ahora habrá una nueva ronda electoral el 26 de junio, en la que se cree que Podemos podría desplazar al Partido Socialista del segundo lugar.

Se espera que las corridas sean prohibidas en Mallorca, donde Podemos forma parte de la coalición que gobierna las Islas Baleares, seis años después de que el fuesen suspendidas en Cataluña, que, no obstante, declaró herencia cultural y permite todavía eventos como los "correbous", incluyendo el "bou embolat", en los que se colocan a un toro dos bolas de fuego en sus astas a la luz de la noche.

Los defensores de los derechos de los animales dicen que las sangrientas corridas son una de las formas más flagrantes de crueldad animal que hay en el mundo, en las que los toros son maltratados antes de ser matados con una estocada en el corazón. Los matadores son ovacionados si los matan de la primera estocada. A veces lo deben intentar en varias ocasiones, sin lograr liquidarlos. Los turistas extranjeros que van por primera vez a una corrida salen de la plaza escandalizados.


Activistas defensores de los animales cubiertos de sangre falsa, tumbados en el suelo durante una protesta contra el toreo en Fuenlabrada, cerca de Madrid.

"Ahora que cambió la escena política, tenemos la oportunidad de promover a nivel local la campaña contra el toreo", dijo Antonio Barroso, analista de la firma consultora de riesgos políticos Teneo Intelligence. "La extrema izquierda ha ganado peso político y este tiende a ser un tema que le interesa a los votantes izquierdistas".

La recién creada Fundación de Toros de Lidia que agrupa a criadores, matadores, trabajadores de las plazas, aficionados y empresarios taurinos ha respondido contratando a un prominente estudio de abogados de Madrid que en lo que va del año ha cuestionado cinco fallos en contra de la actividad taurina, cuatro a nivel municipal y uno a nivel provincial.

También ha denunciado penalmente a manifestantes que interrumpieron corridas en cinco municipios, mayormente saltando al ruedo.

Se espera que la prohibición de Mallorca sea aprobada en junio o julio, tras lo cual se apelaría la decisión. La fundación pidió asimismo al Tribunal Constitucional que responda pronto a una apelación a la suspensión de la actividad taurina en Cataluña que data del 2010.

Uno de los fundadores de la fundación, Juan Pedro Domecq, famoso criador cuya familia produce vino, jerez y jamón, dice que la comunidad taurina sentía que estaba siendo atacada y no tenía quién la defendiese. Además de librar batallas en los tribunales, la fundación promueve el toreo como una parte esencial de la cultura mediterránea, que genera beneficios económicos en un país con una tasa de desempleo del 20 por ciento.

"Ahora no van a poder atacar el toreo de gratis", dijo Domecq. "Habrá consecuencias. Antes de que surgiese la fundación, no las había".

En las corridas se producen enfrentamientos a gritos entre partidarios de la actividad y manifestantes que se oponen a ella. Las tensiones generaron el 2 de mayo un incidente que fue filmado en un pequeño pueblo catalán, en el que dos defensores de los derechos de los animales que filmaban un video fueron golpeados por tres hombres y una mujer. El público aplaudió cuando uno de los agresores tomó la cámara y la tiró al ruedo, destrozándola.


El torero español Javier Marín al tratar de matar a un toro durante una corrida en la plaza de toros de Las Ventas en Madrid.

Los agresores fueron detenidos y la organización AnimaNaturalis, que defiende los derechos de los animales, pidió a la policía catalana que refuerce las medidas de seguridad para proteger a sus militantes, que planean filmar todas las corridas que comienzan el sábado.

"Una minoría del sector a favor del toreo apela a la violencia para defender sus ideas", dijo la directora de AnimaNaturalis Aída Gascón. "Pero es muy común que los aficionados más intensos traten de impedirnos filmar".

José Miguel Soriano, socio del estudio Cremado y Calvo Sotelo que representa a la fundación, condenó la agresión, tildándola de "repulsiva", obra de gente "que no representa a la tauromaquia".

Pablo Iglesias, líder de Podemos, propone que el gobierno deje de financiar el toreo, aunque no la prohibición de esa actividad. Ninguno de los líderes de los otros tres partidos políticos más grandes se opone el toreo.

La alcaldesa izquierdista de Madrid Manuela Carmena dijo que no prohibirá las corridas, pero suspendió un subsidio anual de 61 mil euros (70 mil dólares) que entregaba a la única escuela taurina de la ciudad y ordenó que se retirase de un portal turístico de la ciudad todo material promocional relacionado con las corridas. Además no permite que ningún funcionario municipal use los 30 asientos VIP reservados para ellos en Las Ventas, la famosa plaza madrileña, donde se celebra actualmente la corrida de San Isidro.

Los sectores que quieren prohibir el toreo están entusiasmados con los nuevos aires de cambio en la política española.

"La sociedad ha dicho claramente 'no a las corridas'. Es un movimiento imparable. La desaparición de las corridas en nuestro país es solo cuestión de tiempo", declaró Silvia Barquero, presidenta de Pacma, un partido político defensor de los derechos de los animales, que no obtuvo bancas legislativas en las más recientes elecciones pero duplicó su caudal de votos, de 102 mil 114 en el 2011 a 220 mil 369.

Los toros, mientras tanto, pastan libres y sin que nadie los moleste en la hacienda de tres mil hectáreas de Victorino Martín en el oeste de España, reunidos en grupos de cuatro o cinco en colinas llenas de verde y duermen a la sombra de alcornoques.

A los cuatro o cinco años algunos son seleccionados para ir al campo de batalla en el ruedo, señaló Martín, un legendario criador que atribuye a una globalización "que impone una cultura anglo-sajona" por el revuelo político que están causando las corridas.

"Se está tratando de politizar a los toros, pero los toros han sido parte de la cultura del pueblo español por siglos", expresó Martín.

El toreo fue declarado parte de la herencia cultural española en una ley aprobada en el 2013. Y Martín opina que lo más justo es que las municipalidades, que costean fiestas callejeras con música en vivo y fuegos artificiales, ayuden también a pagar por las corridas.

"No queremos privilegios. Solo queremos que no nos discriminen", declaró.

En la protesta de la semana pasada, en que unas 150 personas se manifestaron contra el apoyo financiero a las corridas en el suburbio madrileño de Fuenlabrada, la militante de Podemos Luisa Barrios dijo que algunos correligionarios piensan que las corridas no son una prioridad pero al mismo tiempo comentó que no sabe de ningún militante que las apoye.

El aficionado Francisco Valero observó el montaje de los activistas, cubiertos con pintura que pasaba por sangre. Dijo que apoyaba su derecho a protestar, pero no estaba de acuerdo en que los toros son torturados.

"Los toros de lidia nacieron para morir en el ruedo", afirmó. "Es parte de la cultura española".

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