Vuelve la paz a la guarida de Pumas

Los felinos de Ciudad Universitaria ya quieren que comience el torneo Clausura, pero al mismo tiempo saben que tienen que ir paso a paso.

|
Entre los Pumas hay un mejor ambiente al que privó en los meses anteriores. (Notimex)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencias
MÉXICO, D.F.- Faltan solo unos días para el inicio del Clausura 2013, en el campamento de Pumas hay cierta ansiedad, el equipo se siente óptimo para arrancar la competencia, la mente está puesta en cosas grandes, pero también se ha optado por cierta mesura, la idea es ir paso a paso. Eso sí, el grupo una y otra vez reitera el compromiso que se tiene por recuperar el prestigio.

Los cambios son sustanciales, se nota a simple vista que hay un mejor ambiente al que privó en los meses anteriores, sobre todo en la época de Mario Carrillo. La tensión que se percibía en aquellos días ha desaparecido por completo, Antonio Torres Servín está más cerca del grupo, la comunicación es directa, según publica La Afición Milenio.

Los rostros de la plantilla denotan que las sensaciones internas son mejores, que dentro del vestuario ha regresado la paz, saben que se tienen que ganar un puesto con base en el trabajo de la semana, que las decisiones serán salomónicas y no viscerales, justicia deportiva y no extranormal.

En el trabajo que se realiza en las prácticas hay más planeación. Antonio Torres Servín lleva la voz cantante, escucha los puntos de vista de sus colaboradores Alejandro Pérez y Juan de Dios Ramírez Perales, quienes también intervienen si la situación lo amerita para pulir cualquier detalle en las líneas.

Otro par de ojos que analiza los pormenores para después intercambiar puntos de vista es Guillermo Vázquez Mejía, su experiencia y voz no se ponen en tela de juicio y nadie como él conoce a la gente de casa.

Corre el balón, se trabaja la estrategia, las variantes para tener mayor lucidez al ataque, y más fortaleza en la parte defensiva, que el medio campo controle los tiempos del juego. Los planes son ambiciosos, no es para menos, no se le quiere volver a fallar a la gente.

Concluye el entrenamiento y se sigue con algunos detalles, quizá muy simples e irrelevantes, pero que hablan de la organización que se pretende tener, trabajo estructurado que, al menos en los últimos meses no se veía.

Los volantes ofensivos trabajan con los delanteros. Torres Servín y Alejandro Pérez supervisan los servicios de Cortés, Orrantia, Chiapas y Lozano, si el centro no es adecuado, el primero en hacer hacerlo evidente es el rematador después el cuerpo técnico hace la observación de que se ponga más atención.

Los delanteros buscan la pelota, rematan a gol los centros que vienen desde las bandas, los balones van dentro, fuera, por encima del travesaño a un costado. Ese grupo de Luis García, Martín Bravo, Eduardo Herrera, Alfonso Nieto y Robin Ramírez también tiene una deuda pendiente: encontrar de manera más constante el arco rival.

En otra parte de la cancha, los medios de contención hacen lo propio, control y orientación de la pelota con trazos largos y cortos, rasos y aéreos. Ahí se ubican David Cabrera, Martín Romagnoli y Fernando Espinosa.

Y en la última zona de la cancha los defensas también hacen su labor, ellos son supervisados por Juan de Dios Ramírez Perales. Los defensas laterales, Velarde y Fuentes envían centros que son despejados por Verón y Palacios.

La práctica acaba, intercambio de puntos de vista entre el cuerpo técnico y el arquitecto Guillermo Vázquez, después se conversa con el vicepresidente deportivo, Alberto García Aspe y el gerente deportivo, Roberto Medina. Todos se marchan al estadio.

De aquí al domingo el trabajo será similar, el objetivo es ser un equipo sólido atrás, eficiente en el centro del campo y contundente en ataque. En síntesis un conjunto directo y reconocible. 

Lo más leído

skeleton





skeleton