Yucatán

Lo que el voto deja a la democracia y a los partidos...

Definen, entre otras cosas, la victoria a los candidatos, la asignación de plurinominales, el financiamiento a los partidos y las prerrogativas.

Ana Hernández
Ana Hernández
martes, 20 feb. 2018 01:36 pm
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El ciudadano, a través del voto, le otorga al candidato y al partido por el que sufragó su venia o traslada la parte proporcional de su soberanía popular para que actúe en el Congreso del Estado o de la Unión. (SIPSE)
El ciudadano, a través del voto, le otorga al candidato y al partido por el que sufragó su venia o traslada la parte proporcional de su soberanía popular para que actúe en el Congreso del Estado o de la Unión. (SIPSE)

Ana Hernández
MÉRIDA, Yuc.- El voto que cada ciudadano emite en los procesos electorales tiene, además del efecto inmediato de otorgar la victoria a los candidatos, el poder de decidir la asignación de candidaturas plurinominales, el financiamiento público que recibirá cada partido y la división de la “bolsa” para el año electoral, entre otros temas de interés social.

El director jurídico del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Yucatán (Iepac), Bernardo Cano González, señaló que “el voto del ciudadano no se divide, pero tiene muchos efectos que permiten que el sistema democrático gire y funcione”.

Los resultados electorales también les confieren a los partidos un régimen fiscal, servicios postales, telegráficos, tiempo de radio y televisión; este conjunto de derechos se llama prerrogativas de los institutos políticos, y se los da el sufragio.

Explicó que el voto es uno de los elementos del sistema democrático, y tiene dos efectos principales de los que se genera todo el sistema electoral.

La primera parte es el instrumento del sufragio pasivo, sirve cuando una persona desea ser representante popular, se propone a un partido o bajo la figura de candidatura independiente, para ser votado.

Es pasivo porque debe esperar a que suceda, tiene que proponerse y exponer su plataforma o propuestas como parte de un partido o individual para ser electo.

Mientras que el sufragio activo es el voto que el ciudadano ejerce, todas las personas tienen ese derecho y esa obligación moral de ejercerlo, y esa acción tiene otras implicaciones: es secreto, personal, intransferible y libre.

Sobre esto, precisó, todos deben procurar que sea secreto para que el ciudadano tenga la privacidad de sufragar sin ser coaccionado; es intransferible porque una vez que se vota ya no puede cambiar; es directo porque se dirige a los candidatos y gana el que tenga mayor número.

Cano González indicó que ejercer el sufragio es un acto de gran importancia democrática, ya que “permite elegir a los candidatos o que nos elijan”.

También, indicó, permite a los partidos integrar los congresos con la representación proporcional y gozar de prerrogativas para ejercer sus fines, y obviamente, la soberanía popular se transfiere a través del voto.

“El ciudadano, a través del voto, le otorga al candidato y al partido por el que sufragó su venia o traslada la parte proporcional de su soberanía popular para que actúe en el Congreso del Estado o de la Unión, por eso se les llama representantes”, explicó.

Indicó que el voto es un instrumento eficiente de la democracia, vital e indispensable, por ello es importante que los ciudadanos ejerzan y participen en la elección, ya que es el instrumento a través del cual se define el destino de la comunidad.

Comentó que no ejercer el derecho a sufragar es como “subir a un taxi y no decirle a dónde nos llevará, es como dejamos que nos lleve a donde quiera y nos cobre lo que decida, porque no le dijimos a dónde queremos ir y cómo. Al votar estamos escogiendo una plataforma o un ideal, una guía hacia dónde queremos ir y si al final el destino no nos parece correcto, al término del periodo cambiaremos al chofer”.