Un abuso que nadie evitó y se transmitió; acusan al Gran Hermano de ocultarlo

Carlota Prado confesó que el reality no hizo nada por ayudarla y que buscó esconder la verdad.

|
(Captura de pantalla)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencia
ESPAÑA.- En 2017 en España se emitía la decimoctava edición de Gran Hermano. Los concursantes habían superado las pruebas semanales, y como recompensa, recibieron un premio: celebrarían una fiesta con alcohol. Ese viernes 3 de noviembre las cámaras registraron una escena mucho peor, un ataque sexual que nadie hizo nada por impedir y que ahora, dos años después vuelve a estar en el ojo del huracán.

De acuerdo a Infobae, un día después de la mencionada fiesta, la dirección del programa anunció la expulsión de uno de los concursantes, José María López, abandonaría la casa por "una conducta intolerable", mientras que Carlota Prado, otra de las participantes, dejaría Gran Hermano durante unos días.

También te puede interesar: Retiran una demanda de abuso contra Kevin Spacey

El motivo de la expulsión, y lo que ocurrió aquella noche, ha sido uno de los secretos mejor guardados de la industria televisiva. Después de aquello, los concursantes continuaron en el programa sin dar importancia a aquel episodio, aunque algunos hablaban de una agresión sexual, nada se confirmó hasta ahora, que Carlota Prado decidió romper su silencio, rememorando su peor noche.

En un momento de la noche, las cámaras la captan sentada en la sala común de la casa. José María López, con quien había iniciado una relación sentimental dentro del programa, se acerca a ella, y empieza a acariciarla y manosearla. Ella, inconsciente y aturdida, forcejea para que la deje tranquila, pero él, la pone en pie, y ambos abandonan la sala.

"Tengo lagunas mentales de aquella noche. Las imágenes en las que me encuentro en el salón, que he subido a mi cuenta de Instagram, no las recuerdo. […] Se ve un forcejeo porque evidentemente no me gusta que me metan mano. Lo que está pasando en ese momento ya es suficiente como para tomar cartas en el asunto, algo que GH no hizo", contó Carlota.

"Yo doy por hecho que me han cuidado porque así me lo dijo él. Le pregunté qué había pasado y me dijo en mi cara que me había cuidado por estaba KO".

Horas más tarde, llamaron a José María por la megafonía de la casa. Después, pidieron a Carlota que se acercara al confesionario, y allí le informaron de la expulsión de José María por "un comportamiento inaceptable".  Ella creyó entonces que él se había metido en una pelea fuerte durante la fiesta.

"Me dijeron que me tranquilizara y que tenía que ver unas imágenes. Y en ese momento me pusieron el video con lo que sucedió esa noche, sin avisarme de lo que estaba a punto de ver. No sé cuál es el procedimiento en estos casos porque yo no soy especialista, pero tendría que haber estado una persona a mi lado, un psicólogo o alguien que me ayudara a enfrentarme a esas imágenes tan duras".

En el video, se vio a ella misma y a José María en una de las habitaciones. Con aspavientos, y muy aturdida, intentaba quitarse de encima al concursante, que quería agredirla sexualmente. "Quítate, no puedo", le ordena ella, mientras hacía gestos propios "de una persona que está diciendo 'déjame tranquila'. Después, cayó inconsciente.

"Se ve perfectamente que se aprovecha de mí en la habitación y que yo estoy inconsciente. […] En palabras casi textuales, el auto de la jueza dice que se ve "clara, precisa y reiterada mi oposición", a las acciones de esta persona".

Lo que más sorprendió a Carlota es que en un programa que cuenta con cámaras en cada rincón, nadie entró a socorrerla durante la agresión sexual. Ninguno de los organizadores la puso a salvo.

El programa puso en conocimiento de la Guardia Civil la presunta agresión sexual. Los agentes le pidieron a Carlota que denunciara, pero ella no quiso interponer una denuncia hasta que no hablara con su familia, que en ese momento no se encontraba en España.

"Si supieses la cantidad de mensajes que he recibido con amenazas, insultos, vejaciones, humillaciones ", dijo.

El pasado 29 de agosto, finalizó la fase de investigación, tras desestimar la Audiencia de Madrid tres recursos presentados por la defensa del acusado. Ahora, después de dos años, parece estar más cerca de una sentencia. Y las vejaciones hacia su persona no la van a hacer callar.

Lo más leído

skeleton





skeleton