Agencias
MÉXICO, D.F.- Amaia Montero es lo que es, sin falsas pretensiones o irreales expectativas. No son necesarias para la cantante que así, con sus metas claras, ha sabido desmarcarse de su propio pasado para construir un promisorio futuro.

La española, que logró notoriedad como vocalista de La Oreja de Van Gogh, hace tiempo decidió independizarse. Desde entonces ha editado ya tres discos y con cada uno se ha destacado como una de esas voces a las que hay que poner cuidado, según publica el sitio web excelsior.com.mx. 

Su tesitura, aunada a su irrenunciable acento vasco, la distinguen del resto y sus letras, esas con las que proyecta buena parte de su vida, la destacan y la desnudan ante la gente.

Si Dios quiere, yo también (2014) es la mejor prueba. El álbum, tercero de su trayectoria en solitario, la muestra expuesta, abierta, como invitando al mundo a conocer un proceso de separación que le dejó nuevas expectativas.

“Mis canciones dicen mucho de mí, de mi vida y de todo lo que he sentido al momento de escribirlas. Supongo que tienen algo de catarsis o de terapia”, explicó la cantante, desde España, días antes del lanzamiento de un trabajo que define como esperanzador, luego de superar la tragedia que supone la pérdida de alguien o algo.

“Sí habla de finales y despedidas, pero de todo eso lo importante es lo que viene después. Cada término conlleva un nuevo principio y eso siempre debe entusiasmarnos”, comentó Montero, quien describió el sonido del disco como dar vuelta a una página para enfrentar nuevos caminos.

"Todo lo que acaba representa nuevas oportunidades”, acotó la cantante sobre el álbum que tiene planeado que llegue a tiendas el próximo 17 de septiembre.

En el disco, abundó la española, canta sin tapujos sobre todos los sentimientos que vivió durante la concepción de las canciones. Expone su sentir y con ello se muestra tan desnuda como se pueda ante el ojo crítico de la gente que puede entender buena parte de sus motivaciones a partir de la letra de sus canciones.

"No es fácil exponerte en las canciones, porque en una canción se dicen muchas más cosas de las que uno podría decir en una entrevista o en mil palabras o mil cosas que pueda contar. En un disco uno se desnuda mucho porque las canciones dicen mucho de cada persona”, explicó la intérprete.

En el mismo tenor, aclaró que el único modo real para conocer a un artista es a través de su obra. Las redes sociales, invasivas como pueden ser, no suponen un acercamiento más real, comentó. Por el contrario, desde su perspectiva, tanta información recorriendo el mundo sin control puede ser un despropósito para los fans que ansían saber más de sus ídolos.

"Las cosas que se dicen en las redes... se dicen demasiadas. No creo que lo que se diga todo sea verdad y no lo pienso sólo de mí, sino de todo el mundo. Es una cosa impresionante, hay dimes y diretes, chismes y se alcanzan unos niveles de locura que sorprenden a todos”, agregó Amaia, de 38 años de edad.

Sobre su tercer disco, un número que muchos han definido como el definitivo de una carrera, Amaia se desmarcó al asegurar que cada producción tiene un encanto especial.

"De todos los discos se dicen cosas. Que si el primero es el más honesto, que el segundo hay que guardarlo en un cajón, que el tercero es el definitivo. No creo en nada de eso. Cada uno tiene su magia y la gente es la que se encarga de dar más o menos importancia”, aseguró la intérprete sobre el álbum que fue producido por el sueco Martin Terefé, productor que ha trabajado al lado de otros como Jesse & Joy, Jason Mraz, James Blunt y Jammie Cullum, entre otros.

El resultado fue una experiencia sonora que, aunque instalada en el pop tradicional, tiene cierto dejo de britpop. El balance final enriquece la propuesta, a decir de Amaia.

"Tenía ganas de darle un sonido inglés al disco, me apetecía hacerlo así porque creía que estas canciones así funcionaban bien. Había escuchado el trabajo de Martin y por eso decidí hacerlo con él. Fue un acierto absoluto, un gran placer y una experiencia enriquecedora por su manera de trabajar”, aseveró en alusión a las sesiones de grabación en directo que caracterizan al sueco.

"Grabar con los músicos en directo hace que el disco suena vivo, cálido. Ideal para salir de gira con él y exponerlo a tanta gente como podamos”, agregó la cantante, quien adelantó que el nuevo tour la traerá de vuelta a México y algunos países más de Latinoamérica.

Finalmente, con seis años de haberse independizado de La Oreja de Van Goh, con quienes grabó cuatro discos inéditos, Amaia entiende en toda su dimensión la responsabilidad que significa trabajar como solista.

"La experiencia en solitario está siendo muy interesante. Lo bueno y lo malo en una banda se divide entre cinco y en solitario todo es para uno. Se aprenden muchas cosas y ahora, con un tercer disco, por experiencia se es grande. Yo espero que todo lo que venga con este nuevo disco sea también una etapa muy bonita”, concluyó Amaia.