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Fotografía oficial del bautizo de Archie Harrison Mountbatten-Windsor. CHRIS ALLERTON @SUSSEXROYAL
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Agencia
Inglaterra.-El seis será para siempre un número especial para el matrimonio formado por Meghan Markle y el príncipe Harry de Inglaterra. No en vano, fue el seis del pasado mayo cuando dieron la bienvenida a su primer hijo en común, Archie Harrison.

Ahora que han pasado dos meses, curiosamente los duques de Sussex han vuelto a apostar por un día seis para otro gran acontecimiento: el bautizo de su bebé. Un niño cuya primera toma de contacto con la iglesia se ha producido esta mañana, cuando ha llegado con sus orgullosos papás hasta la Capilla Privada del Castillo de Windsor.

El protagonista de la jornada, tal y como han informado los duques de Sussex mediante sus redes sociales, ha seguido la tradición de los Windsor y ha sido vestido para la ocasión con un faldón de encaje y seda satinada de Honiton. Un conjunto que forma parte de la historia de su familia. Se trata de una réplica del que llevaron entre otros, el príncipe Guillermo y la reina Isabel II. Se lavaba en agua de manantial y se almacenaba en la oscuridad entre bautizo y bautizo, pero en 2004 se decidió que la prenda era demasiado delicada para reutilizarla y se encargó una réplica exacta.

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El emblemático lugar en el que ha recibido las aguas del río Jordán fue también testigo de la multitudinaria boda de la pareja. Sin embargo, en esta ocasión ha sido muy distinto a su enlace porque, por expreso deseo de los duques de Sussex, el Arzobispo de Canterbury ha oficiado una ceremonia pequeña y de carácter completamente privado a la que los medios de comunicación no han tenido acceso. Los únicos testigos de este importante día han sido aproximadamente 25 personas.

Un grupo compuesto con familiares y amigos. Entre ellos, los abuelos del protagonista, Doria Ragland y el príncipe Carlos de Inglaterra, que ha acudido con su esposa, la duquesa de Cornualles. Tal y como publica HELLO!, por la puerta trasera se ha visto entrar a los duques de Cambridge en un coche oscuro conducido por William en el que Kate Middleton iba de copiloto. A quien no se ha visto llegar ha sido a sus pequeños, los príncipes George, Charlotte y Louis. Quien también ha formado parte de la celebración ha sido Tiggy Legge-Bourke, una de las niñeras que los hijos de Diana de Gales tuvieron en su infancia, a la que guardan un enorme cariño.

El matrimonio ha optado por la discreción, pero ha querido tener un detalle con todas las personas que tanto cariño les muestran de manera incondicional. De este modo, han compartido algunas imágenes hechas en el Green Drawing Room y en el Rose Garden de Windsor "El duque y la duquesa de Sussex están felices de compartir la alegría de este día con los miembros del público que han sido increíblemente de apoyo desde el nacimiento de su hijo. Les agradecen su amabilidad al dar la bienvenida a su primogénito y celebrar este momento especial", aseguraban desde las redes sociales. Además, en un comunicado, el fotógrafo Chris Allerton, ha asegurado sentirse "honrado de tomar las fotografías oficiales y, una vez más, ser parte de una ocasión tan especial y alegre para el duque y la duquesa de Sussex".

La gran ausente de la jornada ha sido Isabel II, abuela paterna del príncipe Harry. Tal y como avanzaba The Sunday Times, la Reina no ha podido estar presente ya que había confirmado su presencia en un compromiso antes de que los duques de Sussex le confirmaran la fecha del bautizo. A pesar de que sí estuvo presente en la primera toma de contacto con la iglesia de George y Chalotte de Cambridge, también se ausentó del bautizo del príncipe Louis, celebrado hace prácticamente un año.

 

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