Blancanieves, un atentado terrorista al cine: Berger

La película se estrenará a finales de mayo en las salas de cine de México.

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Agencias
GUADALAJARA, Jal.- Proponer un fillme mudo y en blanco y negro no es una idea que los productores solventen en un mundo dominado por las tendencias de Hollywood, pero eso no le importó a Pablo Berger, quien entregó ocho años de su vida para dar forma a una historia capaz de enamorar al público masivo y, al mismo tiempo, rendir tributo al cine silente.

El resultado fue Blancanieves. “Los realizadores no podemos olvidar a nuestros ancestros; en ese sentido, Blancanieves es como un ataque terrorista al cine de hoy.

Algo pasa en el mundo si películas como Blancanieves y El artista tienen éxito; pero lo mejor de hacer una película muda y en blanco y negro fue entregarla con éxito al gran público”, dijo Pablo Berger, en entrevista con ¡hey!

“Soy admirador del cine de los años veinte y hay muchos directores que me interesan; cuando llegó el cine sonoro, el cine se volcó al pasado para ser más teatral, por eso Blancanieves es como una carta de amor al cine europeo, al cine francés de los años veinte, sus realizadores son dioses para mí”, añadió el español.

La cinta protagonizada por Daniel Giménez Cacho y ganadora dentro de las categorías más importantes del Premio Goya, representó todo un reto para su realizador, pero sin duda los 
resultados están sobre la mesa, “mi hija ha sido el mejor crítico, lo primero que me dijo cuando la vio junto a la hija de Ángela Molina fue ‘está chula’, eso me enterneció”, dijo.

De alguna manera, “mis películas son como mis hijos, desde mi primer cortometraje, hasta imprimir largometraje, Blancanieves es mi hija y es el resultado de la suma de trabajo en conjunto; ahora ella tiene vida propia y me llena de alegrías, solo la acompañaré por otros países y después le digo adiós”, explicó.

Durante los ocho años de preparación, Berger supo que para dar vida al personaje del torero necesitaba a un gran actor, así llegó a Daniel Giménez Cacho, “me dejó sorprendido, soy su admirador y sus ojos hablan con tremenda profundidad, eso me gustó para el personaje, un hombre en silla de ruedas, capaz de comunicarse con la mirada.

“Con Daniel no hubo casting, el papel se le entregó directamente, lo había visto en otras películas y sé que es un actor apasionado, se prepara para todo; de hecho, estuvo –un mes tomando clases de salón para ser torero, cuando comenzó el rodaje la puso tan fácil que me sorprendió”, añadió Pablo Berger.

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